Hoy voy a inaugurar una nueva sección en la que hablaré de algunos de los personajes más famosos que han nacido en Bruselas o han formado parte de ella. La verdad es que antes de venir a vivir aquí me habría sido muy complicado nombrar a una sola persona célebre procedente de Bélgica, pero los días van pasando y cada vez voy descubriendo más secretos de esta ciudad.
Uno de los últimos y que más sorpresa me ha causado, es que el conocidísimo escritor Julio Cortázar, al que todos relacionamos con Argentina antes de su incursión latinoamericana, pasó los primeros cuatro años de su vida en Bruselas.
Al parecer, el padre de Cortázar formaba parte de la Embajada Argentina en Bruselas y allí permaneció protegido con su familia durante el duro periodo de la Primera Guerra Mundial. Hace casi diez años, la misma Embajada que cobijó a la familia del autor argentino tuvo la iniciativa de dedicarle una escultura en la capital belga.
El monumento puede visitarse en la Plaza de Brugmann, en el barrio de Ixelles y representa la cabeza del artista en bronce. Muy cerca de allí se puede visitar también el edificio exacto en el que nació, dónde una placa conmemorativa reza en francés: “Aquí nació Julio Cortázar, escritor argentino, enormísimo cronopio”.
“Historias de Cronopios y de famas” y sobre todo “Rayuela” son dos de las geniales obras por las que Julio Cortázar es considerado uno de los más grandes renovadores de las letras hispanas. En la última, Cortázar describe a su protagonista, Horacio Oliveira, vagando por París en busca de La Maga de la siguiente forma: “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.”
Cada vez que paseo por Bruselas ando del mismo modo, a la espera de encontrar una historia nueva que me sorprenda.
Soy Mayte Hervás y seré la nueva corresponsal Erasmus durante los próximos 5 meses en la ciudad de Bruselas. Lo cierto es que tengo muchas ganas de empezar esta nueva etapa en el blog, en el que podréis echar un vistazo a mi forma de ver la vida belga con alegría y humor, aunque también seré seria cuando tenga que serlo.
Curiosear por el extranjero es una gran virtud que se instaló en mí desde muy pequeña y por ello he esperado tres largos años de mi carrera de traducción para poder conseguirlo. ¡Me voy a Bruselas, y encima corresponsal!
Bruselas siempre ha captado mi atención, no solo por ser el centro neurálgico de Europa, sino por las diferencias culturales que existen entre la capital de Bélgica y España. Toda mi vida he vivido en una pequeña ciudad de Albacete (Hellín) y desde que me fui a estudiar he estado viviendo en Alicante; ambas ciudades completamente opuestas a la capital grande y europea que me va a acoger este año.La cantidad de eventos musicales que oferta Bélgica, que va desde pequeñas salas con música en directo hasta festivales, ¡me tiene impaciente por llegar!