Hoy he recuperado la ilusión infantil ante la Navidad porque… ¡ha venido San Nicolás! En mi studenthuis (residencia de estudiantes) hemos hecho honor a esta tradición belga repartiendo chocolate, cartas y las galletas típicas. La noche del 5 de diciembre llenamos de dulces los zapatos que cada uno había dejado delante de su puerta sin que el resto nos viera. Por una noche eres el James Bond navideño con una misión que cumplir. Es importante ser sigiloso durante la distribución de la “mercancía” y así conservar el factor sorpresa. He oído que hay residencias en las que se lo toman tan en serio que tenías que pagar una ronda (de cervezas, cómo no) si te pillaban.
La fiesta de San Nicolás, conocida popularmente como Sinterklaas (una derivación del nombre neerlandés para San Nicolás, Sint-Nicolaas), se celebra en varias regiones de Europa como: Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo y algunas partes de Alemania y Austria, Suiza, Italia o Grecia. San Nicolás es un personaje legendario que trae regalos a los niños acompañado de ayudantes de de raza negra llamados Pedrito el Negro (en neerlandés: Zwarte Piet), que lanzan galletitas a la gente. Las galletas se llaman “pepernoten”, cuya traducción literal es “nueces picantes, y fueron las que se repartieron en mi studenthuis junto a las “kruidnoten” (galletas de jengibre) y el “strooigoed”.
San Nicolás monta en un caballo blanco llamado Amerigo y llega a las costas holandeses en un barco de vapor desde España. ¿Qué le interesa de nuestra tierra patria? Sinterklaas lleva naranjas y mandarinas españolas como regalo, según un poema holandés de 1810. El autor de la obra, John Pintard, era un mercader y filántropo de la ciudad de Nueva York, previamente conocida como Nueva Amsterdam. El interés de este americano era proponer a San Nicolás como patrón de la ciudad y para ello recogió la tradición en un panfleto. El nombre de Sinterklaas se adaptaría al inglés como Santa Claus y se extendería de Estados Unidos a toda Europa.
Si vienes de Erasmus a Bélgica, no dejes pasar la oportunidad de celebrar esta tradición. ¡Piensa en tener una doble Navidad: a la belga y a la española!