La Navidad ha terminado, llega la hora de retirar todos los adornos navideños, terminarse los dulces y quitar el árbol. Pero, ¿qué pasa si es un pino real? Bueno, quizás la respuesta más lógica y ecológica sería trasplantarlo para que el árbol siga creciendo. Sin embargo, aquí la típico es quemarlo. Se trata de una tradición milenaria que marca el comienzo del año y que tiene lugar en algunos lados de Bélgica y sobre todo Holanda en la que se los ciudadanos se reúnen y junto a música y un piscolabis prenden una gran hoguera donde se queman todos los árboles que han estado en casa durante las vacaciones de Navidad. Su nombre en neerlandés es Kerstboomverbranding
Incluso antes de la aparición del Cristianismo, ya se acostumbraba a hacer hogueras como una especie de ritual que dejaba atrás el año pasado y daba la bienvenida al nuevo por medio de la “luz” del fuego.
Se dice que junto al fuego había demasiado ruido y gritos, lo que sirvió de base para los fuegos artificiales que en la actualidad tienen lugar en Año Nuevo en muchas de estas ciudades. Más adelante el cristianismo tomó prestado algunas de las costumbres paganas. Así surgió el hábito de quemar los árboles de Navidad.
El ayuntamiento de cada municipio organiza dicho evento porque en el pasado estas quemas se organizaban de forma espontánea, lo que acababa muchas veces en percances, de esta manera el fuego está controlado. En Amberes, tiene lugar el segundo sábado de enero, este año el día 11 a partir de las 17 horas en Frederik Van Eedenplein (justo al cruzar el otro lado del río) y por supuesto ¡GRATIS!
Pese a resultar una costumbre un tanto consumista y destructiva, el evento promete ya que a parte del fuego habrá puestecitos, música…vamos todas esas cosas tan típicas belgas que suele haber en cualquier celebración que se precie.
PD: Según la página del evento, las asociaciones locales ofrecerán un aperitivo y una bebida: http://www.dna.be/winter/event/kerstboomverbranding
Recuerda: Sábado 11 de enero a las 17 horas en Frederik Van Eedenplein.
Soy Sara Sanz Cuesta, estudiante de traducción e interpretación en la Universidad de Alicante pero nacida en Casas Ibáñez, Albacete. Durante los próximos meses seré la nueva corresponsal Erasmus en la ciudad de Amberes.
Como estudiante de idiomas que soy, siempre he tenido en la mente la posibilidad de solicitar una beca Erasmus para completar mi formación. Fue en diciembre del año pasado cuando llegó el momento de escribir los destinos en la lista de prioridades: París, Londres, Roma, Berlín, Dublín… y ahí, entre esa lista interminable de capitales europeas, estaba Amberes. Reconozco que al principio no sabía localizarla en el mapa pero conforme fui buscando más información sobre esta ciudad belga, más me fue gustando como destino para esta experiencia. Fue en febrero cuando llegó la gran noticia: ¡MAMÁ! ¡Que me voy de Erasmus a Amberes!
Amberes es la segunda ciudad más importante de Flandes. Situada a unos 45 km de Bruselas y cuenta con medio millón de habitantes, bañada por el río Escalda, es una ciudad cosmopolita, cuna del arte, la moda y Centro Mundial del Diamante, pero eso no es todo, Amberes tiene muchas más cosas por descubrir.