Este restaurante etíope llama la atención de cualquiera que pasa por su lado simplemente por su originalidad. Se encuentra en la Rue des Grands Carmes 10, a un minuto andando del Manneken Pis.
Kokob tiene una decoración de lo más curiosa: no hay dos mesas iguales. Las paredes están llenas de cuadros, caretas y pinturas de todo tipo. Normalmente, estas obras de arte pertenecen a una exposición temporal que se exhibe cada mes en el restaurante. Actualmente, la exposición que hay pertenece a la artista Lucía Durabile y trata sobre la “Libertad”.
Su lema central es: “En Kokob se come con los dedos”. Y lo cumplen a raja tabla. En las mesas no hay cubiertos… ¡para algo están las manos! Si nunca habéis comido en un restaurante etíope, lo mejor es pedir el menú degustación.
Eso sí, cuidado con lo que pedís porque ponen mucha cantidad de comida. Es bastante fácil salir rodando de este sitio. La comida la sirven en una enorme bandeja cubierta con una especie de crepes enormes. Al lado te sirven unas crepes algo más pequeñas, las cuales serán vuestros únicos utensilios. Eso sí, la tradición etíope dice que cada persona tiene que dar una vez de comer a los demás antes de comer ella misma. No es obligatorio. Pero ya que uno se sumerge en esta cultura, ¿por qué no probarlo?