El museo Red Star Line echa un vistazo a la historia de la ciudad. En él se narran las historias de como los ciudadanos, tanto de Amberes como del resto de Europa, salían del viejo continente hacia América, la tierra de las oportunidades.
Red Star Line era el nombre de la compañía naviera que se encargaba de cruzar el charco. Personas de toda Europa venían hasta Amberes para subirse a bordo de uno de estos transatlánticos hacia América. En total transportaron a dos millones de personas en los cerca de setenta años que estuvieron funcionando (1873-1934).
Los valientes emprendedores que compraban uno de estos billetes con la famosa estrella roja de la compañía, también compraban el visado hacia su nueva vida, llena de esperanza y de ilusión. Muchas de estas personas tenían que trabajar durante años para poder ahorra el dinero del billete hacia el nuevo mundo.
Para poder subir a bordo, los viajeros tenían que pasar una serie de pruebas médicas, tanto en Amberes como en el puerto de destino. Si los doctores no corroboran que estaban sanos una vez en América podían ser repatriados a Europa.
El museo narra historias en primera persona de algunos de esos pasajeros. En algunos casos el esfuerzo se ve recompensado, y en otros, por desgracia, no hay final feliz, y nunca pudieron llegar al nuevo mundo.
El museo fue inaugurado en 2013, pero durante los años anteriores el ayuntamiento estuvo recopilando estas historias personales, con la ayuda de los familiares de antiguos viajeros. Sigue abierta una plataforma en internet donde mandar cualquier información relacionada con la compañía Red Star Line.
Carteles de la compañía Red Star Line, propaganda hacia la tierra prometida.
Detalle de la sección del barco. La primera clase viajaba de forma lujosa con amplios camarotes, al contrario que la tercera clase, donde los camarotes dobles eras bastante mas pequeños.