Los begijnhof son unos barrios que empezaron a surgir en la edad media en la zona de los países bajos (Bélgica y Holanda). La característica principal es que eran barrios aislados del resto de la ciudad, estaban cerrados por una muralla y solo tenían una o dos puertas de acceso.
Se comenzaron a construir para que vivieran las mujeres de comunidades religiosas más extremistas, alejadas de la mala función del clero del momento. Sus residentes tenían vidas de monjas, viviendo en la comunidad de Begijnhof.
El más famoso de todos es el Begijnhof de Amsterdam, el cual se ha convertido en uno de los puntos más turísticos de la ciudad.
En el caso de la ciudad de Amberes, se encuentra en Rodestraat 40. Al lado de la plaza de Ossenmark, en pleno barrio de estudiantes. Originalmente hubo otro en las afueras de la ciudad, pero fue abandonado por motivos de seguridad y se decidió pasar la comunidad más cerca del centro.
Este begijnhof fue fundado en 1544. Su iglesia original fue destruida y se construyó la actual de Santa Catalina en 1827. En un principio, tenía forma cuadrada, pero poco a poco fue cambiando de forma y tamaño, aunque siempre manteniendo el carácter pintoresco del callejón.
Actualmente, en algunas de las casas siguen viviendo antepasados de los anteriores residentes y otras se pueden alquilar con estancia mínima de una semana y precios un poco altos.