Hay una cafetería de parada obligatoria en la ciudad de Hasselt: Fietsbar, el bar de las bicicletas.
Es el perfecto ejemplo de llevar el ciclismo al extremo. La decoración es bastante explícita y colorida, con bicicletas colgando y dibujadas tanto en el interior y exterior, por lo que es muy reconocible desde lejos. Además, a la entrada, hay una bancada con un inflador de ruedas dispuesto para cualquiera de la comunidad que lo necesite.
No solo ofrecen cafés, si no que te lo puedes tomar como en una cafetería normal y corriente mientras te arreglan la bicicleta. Afortunadamente no hemos tenido que llevar ninguna bici a arreglarse, pero según los comentarios dicen que ofrecen un buen servicio.
Se puede entrar a disfrutar de consumiciones sin necesidad de llevar la bicicleta a arreglar, no es un requisito indispensable. También organizan muchos eventos, y ahora con la llegada del buen tiempo, siempre hay algo fuera por las calles de Hasselt.
Está bastante céntrico el comercio, y muy agradable de visitar. Os lo recomiendo al menos una vez por vuestro paso por Hasselt, es una diferente experiencia que vivir.