Como toda ciudad histórica, en Lovaina también podemos encontrar una catedral, es la catedral de San Pedro, en la plaza de Grote Markt.
Se construyó en el siglo XV, en estilo gótico, es decir, aquellas catedrales que buscan alcanzar el cielo mediante sus elevados pilares y sus altas torres. Sin embargo, el campanario nunca llegó a construirse, ya que el suelo no permitía buenas cimentaciones y existía riesgo de derrumbamiento.
Como cualquier catedral gótica, en su interior podemos ver la luz a través de sus vidrieras y ventanales, que crear un interior casi mágico, en el que, si tenemos suerte, sonará el órgano e invadirá la iglesia con su música casi celestial.
La iglesia además tiene un gran número de historias de sus personajes, como es la beata Margarita, que en el siglo XIII fue asesinada mientras trabajaba en su posada, por unos bandidos, y cuyo cuerpo, cuenta la historia, flotaba sobre el río a contracorriente, hasta que fue encontrado, y trasladado a la iglesia.
La entrada a la iglesia es gratuita hasta la parte del altar, que sí que hay que pagar, pero, como ya dijimos, la entrada viene incluida en la del Museo M, y merece la pena verla.
Como detalle, la iglesia tiene sobre el altar una lámpara dorada contemporánea que complementa el espacio como una suerte de contraste, que llama poderosamente la atención del visitante.