1. Nada más llegar, ve a la Oficina de Relaciones Internacionales de tu universidad para que te den un papel que acredite que eres estudiante en Bruselas. En cuanto salgas de la oficina, ve a cualquiera de las oficinas de Bootik y hazte la tarjeta de transporte urbano. Por solo 125 euros al año (es decir, 12,5 euros al mes) podrás coger metro, tram y bus todas las veces que quieras. Te ahorrarás mucho dinero, créeme.
2. Lidl es algo más barato que Aldi, y Aldi es más barato que Carrefour. Muchas veces, por pereza, acabamos yendo a Carrefour, porque en Bruselas hay más y siempre hay alguno cerca, pero si te planificas bien ahorrarás mucho dinero en comida yendo a los otros. Además, la verdura es mucho más barata en los mercadillos que hay en la calle algunos días de la semana, como el de la Gare du Midi los domingos.
3. Entérate pronto de si tienes las vacaciones del Congé (a finales de octubre) y planifica tu viaje antes de que los billetes suban y no quede ningún hostal. Es muy barato viajar desde Bruselas, pero cuanto antes lo mires, más barato te saldrá.
4. Pide siempre el descuento para estudiantes. En Bruselas, los estudiantes tenemos descuento hasta en Carrefour, así que pregunta siempre que vayas a algún sitio pregunta si existe alguna tarifa especial para estudiantes.
5. Aquí las bicicletas no son tan populares como en otras ciudades de Bélgica (Gante) o en Holanda. Por 30 euros puedes hacerte una tarjeta específica para las bicicletas públicas, y en mercadillos de segunda mano puedes encontrar bicicletas a buen precio. Sin embargo, Bruselas no está tan preparada para los ciclistas, tiene bastantes cuestas y ya sabéis, winter is coming… Así que si no eres muy deportista yo me lo pensaría dos veces antes de comprar una bicicleta.
6. Lleva siempre el paraguas encima. Este año no ha llovido demasiado de momento, es más, el tiempo está siendo sorprendentemente bueno. Sin embargo, aunque el día amanezca soleado y sin una nube en el cielo, en un momento puede nublarse y ponerse a llover como si no hubiera mañana. Así que, mi consejo es: lleva siempre un paraguas en la mochila, igual que llevas las llaves o el móvil.
7. Aquí solo se da un beso para saludar. Y los besos se dan muy a menudo. A todos los españoles nos ha pasado: te presentan aun belga, le vas a dar dos besos y en el segundo te quedas más solo que la una. Por lo menos, se empieza también por nuestra izquierda, como en España, y no por la derecha como en Francia. Sin embargo, si la persona es mayor, lo más normal es que te dé la mano y no un beso.
8. Los belgas son muy educados. Puede parecer una tontería, pero hasta en la más llena de las discotecas hay que pedir las cervezas s’il vous plaît, y agradecer el servicio, y al despedirse de una tienda, lo más adecuado es hacerlo con un bonne journée (que tengas un buen día). Además, a cualquier persona mayor o a cualquier desconocido del que dudes si es más mayor que tú o no hay que tratarle de vous (usted). Si ya tienes algo de confianza con esa persona, lo más correcto es preguntarle si puedes tutearle antes de hacerlo.
9. Ten cuidado con los horarios de las tiendas: la mayoría cierran a las 18:00 y abren a las 10:00. Los museos y algunas tiendas cierran los lunes, y no los domingos, como en España, así que mira el horario en internet antes de plantarte en una tienda el día que no es o a la hora incorrecta.
10. No digas nunca que no a ningún plan. Por muy cansado que estés, por muy loco que parezca… cualquier plan tonto se puede convertir en una experiencia inolvidable. Si algo he aprendido de Bruselas en este mes y medio es que nunca sabes qué va a pasar cuando sales de tu casa.
Soy María Ballesteros, vuestra nueva corresponsal en Bruselas. Estudiaré cuarto de Traducción e Interpretación en la Haute École Francisco Ferrer (HEFF) hasta (mínimo) febrero. El amor de mi vida son los viajes, y por eso hace un año más o menos decidí que quería pasar una buena temporada fuera de España, conocer otro país y gente nueva y vivir una experiencia inolvidable. ¿Y qué mejor que una beca Erasmus?
Desde el principio lo tuve claro; quería que mi destino fuera Bruselas. ¿Por qué? Porque es la capital europea por excelencia, está en el centro de Europa y te permite viajar barato a muchísimos sitios, es muy cosmopolita, allí nadie es extranjero, tiene un ambiente inigualable, está lleno de estudiantes universitarios (especialmente Erasmus)… y paro ya, que si no, no acabo nunca. No quería otro destino y al final, después de mucho papeleo, aquí estoy!