El famoso barrio de tiendas de diseño Dansaert está que arde. ¿El motivo? La apertura de la nueva tienda COS, perteneciente al grupo sueco H&M. Paseando por el barrio, este es el cartel que encontramos en los escaparates de numerosos comercios de la zona:
Para aquellos que todavía no hayan visitado Dansaert, el barrio es actualmente conocido por su cambio de ciento ochenta grados operado a partir de los noventa, para convertirse en el hogar de pequeños diseñadores belgas e importantes creadores de alta gama. Desde Dries van Noten o Ann Demeulemeester hasta lugares más accesibles pero igual de especializados como Blender 01. Los locales reconocen que de “lugar dónde mejor no pasearse de noche” ha pasado a convertirse en barrio turístico, “branché”, moderno, en pleno proceso de gentrificación.
Pero, ¿qué tiene este establecimiento para levantar las protestas unánimes de comerciantes y vecinos? COS representa la típica tienda de una gran cadena de ropa prêt-à-porter. En el caso concreto es como la versión de alta gama de su gemela H&M. El proyecto anunciado por la cadena contra el que se dirigen las protestas es nada menos que la apertura de un espacio de casi 900 metros cuadrados. Esto supone asistir a la aparición de una gran superficie en un barrio caracterizado por sus pequeñas boutiques independientes, de diseñadores alternativos y estilo Soho de Nueva York. Es aquí donde aparece la primera reivindicación de los comerciantes. Sonia Noël, la propietaria de la tienda STIJL instalada en Dansaert desde hace treinta años y la precursora de los famosos panfletos rojos, afirma que este proyecto cambiará totalmente la estética de una calle, conocida precisamente por la moda de diseñadores y grandes estilistas amberinos: “el barrio acoge muchos talleres-boutique, consiguiendo un estilo muy personalizado y convirtiéndose en un lugar donde poder encontrar artículos únicos. Aquí reside la fuerza de Dansaert.”
Otros comerciantes como Johanne Riss presentan opiniones similares. Según ella, si el proyecto obtiene finalmente luz verde, será la puerta abierta para la instalación de otras grandes cadenas. “Esto se convertirá en otra Rue Neuve – afirma – donde los precios de los alquileres se dispararán y solo los grandes grupos extranjeros tendrán acceso.” Por otro lado Riss subraya el importante rol que han jugado los actuales artífices de la “estética Dansaert”: “somos nosotros quiénes hemos re-dinamizado esta arteria de la ciudad. Cuando invertí aquí hace 25 años, era porque pensaba que Bruselas necesitaba un barrio “branché“. Hoy en día son cada vez más los grandes grupos que pretenden quitarnos todo lo que hemos creado. Solo puedo lamentarme de que la Administración permita a este tipo de compañías instalarse, en detrimento de las pequeñas firmas belgas. ”
Sin embargo no todo son críticas. Entre aquellos comerciantes que no se han unido a la pegada de carteles se encuentra por ejemplo Chantal Tack, nada menos que la directora de la tienda Marc Jacobs que, de realizarse el proyecto, colindaría con el nuevo COS. Para ella “el barrio necesita un poco más de afluencia. Lo ideal sería que Dansaert se convirtiese en el Marais parisino donde COS no hiciese sombra a las boutiques especializadas. Cuantos más motivos tenga el público para acercarse hasta el barrio, mejor será para todos los comerciantes. El barrio tiene que evolucionar para sobrevivir y esto no le quitará su encanto, más bien al contrario.”
Solo queda saber cual será la respuesta de la ciudad de Bruselas, otorgando o no el permiso de urbanismo. Sin embargo parece que la Administración es más bien favorable a este proyecto, considerado de calidad y respetuoso con el patrimonio.