En verdad, esta debería haber sido la segunda entrada, pero las cosas se han ido alargando (y que queréis que os diga, los festivales me llaman y mucho), así que aparece ahora. Puede que penséis que Bruselas en verano no tiene nada (más allá de lo que ya conocemos por nuestro magnífico paseo), pero os voy a decir un secreto: la ciudad en verano cambia, y a mejor.
Y ¿por qué digo esto? Porque la ciudad se transforma completamente en un hervidero de vida y de eventos por hacer. Por ejemplo, en el centro de Bruselas (enfrente de la Bourse) podemos encontrar que el Boulevard Anspach ha sido cortado para el tráfico, ganando con ello un espacio para poder pasar una magnífica tarde, ya que encontramos allí desde espacios para descansar (mesas de picnics, troncos de árboles “caídos” y cositas varias para estar con la familia y los amigos, o leer un buen libro), hasta mesas de ping-pong, e incluso una biblioteca en plena calle (por si os habéis olvidado del libro).
Es un gran espacio que estará todo el verano libre de cualquier coche que pueda molestarnos. Pero es que, además, el viernes pasado hubo… ¡una batalla de agua! Todo ocurrió de forma espontánea, alguien creó un evento en las redes sociales y se difundió, aunque la policía estaba en contra (de hecho, intentaron parar la batalla pero fue imposible). Así que, ahí estuvimos, cientos de personas empapándonos de agua en uno de los días más calurosos que está viviendo el país.
Pero si no os apetece mojaros, ni queréis estar en plan “picnic” con bocadillos y demás, y preferís ir a un ambiente un poco más chill-out, os recomiendo que os paséis por los Jardins Suspendus, que se encuentran encima del Parking 58, muy cerquita del Boulevard Anspach. En lo más alto del edificio, encontramos un espacio donde relajarse con los amigos, bailar si te apetece y disfrutar del sol que está haciendo estos días en el país. Así que, ya sabéis, es el momento de venir a Bruselas.