Hoy decidimos escaparnos a un lugar algo alejado de la vibrante ciudad de Bruselas. Cogeremos nuestro tren hasta Gante y, desde ahí, viajaremos hasta Ypres, una de las localidades más conocidas del país por motivos bélicos.
Ypres fue escenario de cinco de las batallas más importantes de la I Guerra Mundial, un conflicto que toda Europa está recordando en estos años (la guerra comenzó hace 101 años). Ypres parece un monumento a esta contienda y, por ello, nuestro recorrido por la ciudad comienza en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, el Ayuntamiento de Ypres. Decimos que es emblemático porque fue atacado en ambas guerras mundiales (y destruido en la Segunda Guerra Mundial). Dentro se encuentra uno de los museos que todo aficionado a la historia debería explorar: In Flanders Fields (En los campos de Flanders) que sirve como recordatorio de la contienda que tanto dolor causó a Europa y, sobre todo, cambió el curso de la Historia.
Ypres tiene un lugar importante en el museo ya que fue en sus batallas donde se utilizaron por primera vez gases tóxicos para atacar al enemigo. También el museo nos ofrece un tour interactivo en el que conoceremos todos los pormenores de la contienda (podemos estar horas dentro descubriendo nuevos aspectos de la Primera Guerra Mundial). Conoceremos desde como funcionaban los ejércitos al comienzo del enfrentamiento a como trabajaban los médicos que se encontraban en el mismo, pasando por ver los distintos monumentos que se han construido en la ciudad y en el campo de Ypres recordando la contienda.
La ciudad también tiene varios lugares que debemos visitar: la Catedral de San Martín, dónde tenía su sede el antiguo obispado de la ciudad; la lonja de los Paños, que es un monumento protegido por la UNESCO, o la propia Grotte Markt, que realmente es preciosa con el Ayuntamiento y todas las terrazas alrededor.
Además, si queremos seguir con nuestra visita a los campos bélicos de Ypres, no debemos olvidar visitar la Puerta de Menen, donde cada noche a las 8 se recuerda a los caídos en la Primera Guerra Mundial tocando The Last Post. Y, desde ahí, podemos rodear la ciudad paseando por encima de las fortificaciones (únicas en toda Bélgica y ahora convertidas en un jardín) hasta llegar a uno de los numerosos cementerios que recuerdan a los caídos en la guerra (hay más de 170 en los campos y la ciudad de Ypres).
Ypres, más allá de su carácter bélico, es una ciudad preciosa y tranquila, donde podemos pasar un gran día paseando y descubriendo más acerca de la historia reciente del país e, incluso, podemos hacer un picnic en una muralla (eso creo que nunca lo había visto antes).