Bruselas es una ciudad fascinante y llena de vida. A lo largo de una estancia en la ciudad, conocerás decenas de personas con historias realmente impresionantes. Pero de entre todas ellas, la historia más interesante en mucho tiempo es la de un chico español, Julio, que ha pasado dos estancias Erasmus en la ciudad y ha decidido que su vida continúe en la ciudad. Esta es su historia.
“Todo empezó cuando mi novia y yo decidimos irnos de España porque no hay trabajo allá”, responde Julio cuando le preguntamos porque decidió hacer una Erasmus Prácticas en una organización de ayuda a recién llegados a Bruselas. Esto le permitió acercarse más a la ciudad y conocerla un poco en profundidad.
“Bruselas me parece una ciudad llena de vida, siempre cambiante, sobre todo en verano cuando tienes muchas más ofertas de ocio”, expresa con una sonrisa en la cara al hablar de la ciudad. En su opinión, los habitantes de la ciudad (los bruselenses) son bastante cercanos y te hacen sentir parte de la ciudad.
Tras estas primeras experiencias, y cuando terminaron sus prácticas, decidió continuar en el país terminando su carrera. Por ello, decidió hacer una Erasmus+ en Mechelen. Allí descubrió que Flandes y sus ciudades son otro mundo. “Era una ciudad más pequeña con menos vida de la que puedes encontrar en Bruselas, pero con un encanto diferente que hace que te atraiga”.
Para él, el país es distinto si vienes como turista a si vienes a vivir. Como turista es un país muy fácil de ver y que da muchas posibilidades de ocio, en verano sobre todo. Pero para vivir es un país totalmente distinto. “Es muy competitivo y en la zona de Bruselas más. Aquí la gente conoce varios idiomas: para comenzar el francés y el flamenco que les abren las puertas para las lenguas como el italiano y el español por un lado; y por el otro les permite aprender más fácil inglés y alemán. Así que tienes gente que conocer 5 lenguas y además unos estudios universitarios. Es complicado, pero no imposible”.