Ayer, domingo 20 de Septiembre, en motivo de la Semana de la Movilidad de Bruselas, pudimos gozar de un precioso día sin coches de 9.30h a 19h. Toda la ciudad estaba desnuda de transporte privado, habiendo solo en uso el transporte público ( de forma gratuita), y otro transporte extraordinario (policía, ambulancias,..). Esta fiesta también es conocida como la zona sin coches más grande de Europa, y es que sin duda, impacta ver el corazón de Europa libre de circulación. Las calles eran pacíficamente circulables, y sobretodo inundadas de gente en bicicleta.
El día de ayer invitaba a descubrir la ciudad de una forma alternativa, y el día soleado favoreció a llenar las calles de todo tipo de animación.
De la misma manera que la fiesta fomentó el transporte sostenible, la Bruxelles Champêtre acompañó este día ecológico en la plaza del Palacio Real y en el Parque de Bruselas.
El evento Campestre era una ocasión ideal para conocer el Parque de Bruselas. Todas las actividades rodeaban la temática verde y sostenible, además de brindar la oportunidad de conocer una gran variedad de productos belgas. Por este motivo, el parque se transformó en el lugar perfecto para hacer un picnic con los amigos, ante la variedad de más de cien tenderetes de productos orgánicos y/o locales tanto de gastronomía como de cerveza. También hubo distintas actividades en relación al medio ambiente (biodiversidad, uso racional de las energías, estilo de vida sostenible, economía responsable,…)
¿Pero qué sería de todo esto sin música? Hubo algunas zonas de Chill, donde un total de 16 artistas tocaron en distintas partes de la fiesta. Realmente, valió mucho la pena poder sentarse en alguna zona verde y disfrutar de la música con el bonito panorama.
A parte de ser un evento para todos los públicos, entre las muchas actividades que ofrecía la Semana de la Movilidad, también se realizó una interesante fiesta alternativa en el túnel de Porte de Namur. ¿Quién antes había pensado en hacer una gran fiesta en un túnel en el centro de una gran ciudad? Como muchos me repetían “No hay nada como la fiesta en Bruselas”. Finalmente ésta terminó en la Place Poelaert, donde fuimos acompañadas por la puesta de sol y la vista panorámica del centro de la ciudad.
Ayer, fue un día ejemplar para tomar conciencia de las alternativas de vida sostenibles y ecológicas. ¿Y por qué no alargarlo más de un día?