Si aún no habéis ido a visitar el Atomium, no podéis esperar más tiempo en visitar el símbolo de Bruselas. El Atomium es la representación de una molécula ampliada 165 millones de veces compuesta por 9 esferas. Con 102 metros de altura y 18 metros de diámetro fue construida en motivo de la Exposición General de Bruselas de 1958. En teoría, la obra de André Waterkeyn (1917-2005), tenía que permanecer sólo 6 meses en pie, pero ante su amplia aceptación decidieron darle una vida más larga. Des de entonces se ha convertido en un gran atractivo turístico y uno de los símbolos en que es conocido Bruselas.
Simboliza la esperanza hacia el progreso técnico y científico, una visión optimista del futuro moderno y tecnológico. André Waterkeyn quería reflejar su fascinación por los avances científicos y el poder de la energía atómica.
La obra se encuentra en Heysel, la zona ampliamente conocida por la tragedia en mayo de 1985 en la final de la Copa de Europa. Solo salir del metro, no hace falta preguntar para llegar, su enorme estructura sorprende nada más verla.
Lo mejor de su visita: observarla des de fuera des de distintos puntos de vista. Mi mejor perspectiva es verla des de debajo, viendo la composición y el equilibro de las grandes esferas. También se puede aprovechar el magnífico Laken Park para pasar un buen rato al lado de esta fascinante obra.
La entrada es de 8 euros para los estudiantes. En mi opinión un poco cara por lo que te puede ofrecer des de dentro. Aún así brinda unas vistas excepcionales de toda la ciudad y hasta otras más lejanas. Dicen que en un día claro (en Bruselas es habitual los días claros) puedes llegar a ver el puerto y la Catedral de Amberes. En la vista panorámica de 360º puedes encontrar paneles que te ofrecen información sobre todo lo que puedes llegar a ver des de estas vistas.
El desplazamiento entre las distintas esferas es mediante el ascensor (acostumbra a generar bastantes colas) que sube a una rápida velocidad de cinco metros por segundo, o mediante escaleras. Lo particular de moverte mediante las escaleras es que parece que estés de una nave especial. Y sí, siempre es divertido sentirse en un lugar como ese.
Podemos encontrar dos tipos de exposición: la perma nente y la temporal. La primera, situadas en el nivel 1, 2 y 7 hace un poco de historia sobre la exposición del año 1958 y como la obra ha llegado a ser el símbolo de la ciudad. En la planta 7, donde se encuentra la vista panorámica, podemos encontrar comparaciones de las vistas de entonces con las actuales.
La exposición temporal, dependiendo de la época en que vayas, te ofrece en el nivel 3,4 y 5 distintas exposiciones. ¿Qué podemos encontrar ahora? Del 19 de Noviembre hasta el 10 de Abril del 2016 se expondrá “the Modernika exhibition”, una exposición que redescubre la arquitectura moderna e Internacional, basándose en el “Sueño americano” en Bélgica.
Si estáis interesados en visitar el Atomium por dentro, es muy recomendable que no se visite los fines de semana o festivos por las grandes colas que se generan. Cualquier día entre semana de 10 a 18h puede ser una buena opción.