Flandes es una tierra que nunca deja de sorprender y Gante, muy especialmente, es para mí el paraíso del “flâneur”. “Flâneur”, esa palabra acuñada en el siglo XIX para definir a los poetas que se inspiraban para sus obras paseando sin rumbo por París, dejándose llevar y observando a su alrededor. Para mí, eso es exactamente lo que me sugiere Gante: una ciudad donde no importa cuánto tiempo hayas pasado ya en ella, siempre tiene guardados para ti rincones entrañables.
Uno de mis rincones favoritos es el puente Zuivelbrug, que une la Grootkanonplein con la preciosa calle de Kraanlei. A menudo, en nuestras localidades españolas, estamos demasiado ofuscados por el estrés de la rutina diaria y no nos paramos a apreciar la arquitectura que nos rodea; pero el Erasmus es una perfecta etapa para valorar esas pequeñas cosas, y más en una ciudad como Gante, o cualquier localidad flamenca. Me despierto pensando que soy una afortunada por poder pasar una temporada en esta hermosa ciudad e intento no dejar que la rutina vuelva común aquello que una vez vi tan bello. Pasear por las calles de Gante al anochecer, o a primera hora de la mañana, me parece algo indescriptible, una experiencia casi mística. Dejad que el viento flamenco os meza y perderos sin rumbo por las callejuelas medievales de Flandes.
Gante siempre nos estará guardando pequeñas joyas por descubrir al otro lado de la esquina.
Desde pequeña he sido una persona con mucha curiosidad por aprender y conocer el mundo. La escritura y la lectura me apasionan y amo el arte en todas sus formas, así como viajar y descubrir nuevas lenguas y culturas, además de la historia, la historia del arte y la filosofía. A raíz de mi amor por las lenguas y la cultura, he descubierto varios países, y Bélgica, muy especialmente Flandes, me capturó desde el primer instante. Su soberbia belleza, su abundante arte, su increíble historia, la agradable tranquilidad de este país, lo acogedora que es la gente y lo hermosa que me pareció la lengua flamenca me hicieron querer seguir viniendo aquí tanto como me fuera posible. La verdad es que Flandes me dejó completamente enamorada. Además, me llevó a escribir dos libros ambientados en este país, los cuales estoy terminando actualmente.
Todo ello me motivó a presentarme a la convocatoria de corresponsal Erasmus en Flandes. Pensé que era una forma ideal de mostrar Flandes al mundo y que mi pasión por el arte, la cultura y la historia podrían aportar un toque interesante a este blog, que, por cierto, ya seguía desde hacía tiempo y me encantaba.
Espero pues poder transmitiros mi pasión por este hermoso país e intentar ayudaros a descubrir los rincones entrañables que tiene, sus obras de arte, pedacitos de su historia que no os podéis perder y contagiaros también del ambiente juvenil y artístico que tienen la mayoría de grandes ciudades flamencas. ¡Descubre Flandes en verano con nosotros!