La noche del 6 de diciembre es mágica para los niños flamencos porque San Nicolás llega a sus casas cargado de regalos y dulces. Es el Papá Noel de los belgas, y visita a los niños dos veces durante la primera semana de diciembre. La primera de las visitas es el 4 de diciembre, ese día pregunta si han sido buenos o no, y en caso de recibir un “sí” como respuesta, San Nicolás volverá el 6 de diciembre cargado de dulces para los niños buenos.
Cuenta la leyenda que San Nicolás viene de España en un barco de vapor con un conjunto de ayudantes que colaboran con él para repartir las naranjas y los dulces a los niños. Entre los dulces destacan las galletas de canela, las monedas de chocolate (que simbolizan el origen histórico de la figura de San Nicolás, un hombre que decidió dar su fortuna a los más desfavorecidos) y las letras de chocolate.
Seguramente hayas visto durante estos días una gran cantidad de letras de chocolate colgadas en estanterías de los supermercados. Son letras muy especiales ya que corresponden a las iniciales de todos los nombres en este mundo, porque hay que recordar que San Nicolás irá zapato por zapato dejando regalitos personalizados a cada niño bueno la noche del 6 de diciembre.
Dicen que San Nicolás podría ser el precursor de Papá Noel (o Santa Claus), porque tiene su origen en la historia del Obispo San Nicolás que vivió en el siglo IV. Sin embargo tienen unas cuantas diferencias: uno viaja en barco de vapor y el otro en trineo. Uno utiliza Mitra de Obispo, el otro el famoso gorro rojo con una borla blanca. Uno viene de España, el otro del Polo Norte. Santa Claus baja por la chimenea y deja los regalos él mismo, mientras que son los pajes de San Nicolás son los que se encargan de esta tarea.
Así que cuidado amigos, porque quizá esta noche os encentréis por los pasillos de vuestra residencia algún ayudante de San Nicolás cargado de galletas y dulces!