En primer lugar, si sois viajeros y os apetece visitar este magnífico país, os recomiendo no hacerlo en enero o febrero, donde la temperatura baja a varios grados bajo cero y las lluvias no favorecen el turismo durante largas horas. Recomiendo encarecidamente contratar un guía o incluso un tour que te lleve por las distintas ciudades belgas porque la historia merece la pena y con Carlos V nos acerca directamente con nuestra historia.
Respecto al tema restaurantes y propinas. Lo primero decir que el precio medio para cualquier restaurante no varía mucho de una comida en un restaurante en España. En la mayoría, la propina está incluida en la factura, siendo un 16 % del total. Otra información práctica es el carácter belga. Éstos son serios y trabajadores, muy diligentes y prácticos.
No les gusta bromear o perder el tiempo mientras que trabajan, salvando las excepciones.
Respecto a sus formas de comportarse, los belgas suelen utilizar varios saludos y son muy educados.
Información práctica es también el tema del autobús, los urbanos funcionan en Bélgica hasta las once de la noche. Sin embargo, los trenes funcionan desde las cuatro y media y terminan a las once y media generalmente. El precio de los taxis es bastante caro.
Si queremos irnos de compras y tenemos duda del horario, hazte una idea de que éste suele ser de lunes a sábado de 10 a 18 ó 19 h. de forma continuada.
Los bancos trabajan de lunes a viernes de 9 a 14 h. y también cierran una hora para comer. Las oficinas de correos abren también de lunes a viernes, de 9 a 12.00 h. y de 14 a 17 h.
En cuanto a los restaurantes se refiere, se aconseja ir aproximadamente dos horas antes de lo que acostumbramos en España, ya que los belgas comen entre las 12 y 14 h. y cenan entre las 18 y las 20.30 h.