Gante es una ciudad maravillosa, heredera de un gran patrimonio medieval y con un estilo de vida limpio, saludable y equilibrado, siempre manteniéndose auténticos a su origen e historia. Podemos caminar hasta perdernos en el tiempo, ¿os venís?
- Parada obligatoria: Catedral de San Bavón. Es una catedral preciosa que guarda un gran tesoro del arte flamenco, ni más ni menos que el tríptico original La Adoración del Cordero Místico de Hubert y Jan van Eyck. Mi consejo es que entréis a verlo con el audio guía, os ayudará a comprender la obra de arte.
- Imperdonable ir a Gante y no caminar por la orilla de los canales llegando a Graslei y Koreslei, los muelles del viejo puerto de Gante. Aprovechad el paseo para tomar una bonita foto en el puente de San Miguel. Es el único lugar de la ciudad desde donde se pueden ver las tres torres; Iglesia de San Nicolás, Campanario Municipal y la Catedral de San Bavón.
- Si vas a Gante tienes que probar sí o sí el dulce típico Cuberdons (los venden en carritos de madera en la calle en Korenmarkt), los gofres y los mellowcakes de la Chocolaterie Van Hoorebek (al lado de la Catedral)
- Gante es una ciudad joven, urbana y universitaria. Todos los artistas y creativos tienen cabida, por eso no dejes pasar la calle de los graffitis (Werregarenstraat). Es el único espacio donde el ayuntamiento de Gante permite que se pinten las paredes de spray aludiendo a la libertad de expresión.
- Castillo de los Condes. Bajo mi punto de vista es una de las atracciones turísticas más interesante de la ciudad. Si no llueve podréis ver unas bonitas vistas desde las torres. Precio: 6 euros (-26 años)
- Otro imperdonable y para todos los bolsillos: comer un cucurucho de patatas fritas, el tesoro dorado y crujiente de Bélgica. Los encontrareis en la zona de Overpoort pero también en el centro de la ciudad, como por ejemplo al lado de La Lonja de la Carne. Las mejores salsas para acompañar tus patatas fritas son: Tártara, Andalouse o Joppie.
- Cuando empiece a anochecer camina hacia la Plaza Vrijadgmarkt porque el contraste de los edificios y las luces de las casas es precioso. Para mi es una de las zonas más bonitas de Gante (C/ Baudelostraat). Y si el momento lo acompañas con una cerveza en Dulle Griet (el bar que está justo en esa misma plaza) será maravilloso. Es famoso por su cerveza MAX de 1,2 litros, y también porque hay que quitarse el zapato mientras te la tomas ¡después te lo devuelven! Ah y cuentan con 250 tipos de cervezas.
- Espera, todavía no has visto la ciudad al completo… pero hazlo subiendo al Campanario Municipal de Belfort. Las vistas que ofrece de la ciudad son alucinantes. Además te ayudará a quemar las patatas fritas y los gofres. Precio: 2.70 euros (-26 años)
- Termina tu velada cenando en el restaurante Amadeus. Es una parada obligatoria para todos los amantes de los grandes costillares. Su plato estrella es la barra libre de costillas, puedes tomarte tantas como desees y todo ello por solo 15 euros.
- Bajo mi punto de vista Gante no es una ciudad de una sola noche. Tiene miles de escondites esperando a ser descubiertos por los turistas más intrépidos y curiosos. Por eso te aconsejo que alquiles una bicicleta y recorras la ciudad para conocerlos como un auténtico belga. No olvides pedalear por el parque Citadelpark, un parque con mucho encanto especialmente en otoño.
¡Buen viaje!