Quizá te haya sorprendido ver esta mañana a cientos de niños correteando por los jardines de los barrios de Gante llevados por la emoción del momento, igual incluso te hayas topado con algún huevo de chocolate que otro, ¿o pudo ser un conejo de orejitas puntiagudas?
Efectivamente no es casualidad, hoy se celebra el día de Pascua en toda Bélgica con una tradición muy de fábula, al puro estilo belga. Según cuentan a los más peques de la casa, el Sábado Santo o Stille Zaterdag (“Sábado de Silencio”), las campanas de toda la ciudad dejan de retocar y abandonan sus campanarios para emprender un largo viaje hasta Roma, donde deberán trabajar durante dos intensos días con el fin de recolectar todos los huevos, conejos y demás chocolates y esconderlos a tiempo en los jardines de los hogares belgas.
Y así fue como este año las campanas de la Iglesia de San Nicolás, la Catedral o San Miguel regalaron a cada uno de los niños de la ciudad una dulce mañana de sorpresas. Para los menos afortunados que no han recibido ningún huevo de chocolate mañanero, os gustará saber que todas las chocolaterías del centro os están esperando con todo tipo de este redondo protagonista del Lunes de Pascua.
Aunque esto no es todo, como buen día festivo soleado, dando la bienvenida a la primavera, el centro de Gante no puede estar más animado. Todos los restaurantes, bares, cervecerías, terrazas, cafés y chocolaterías mantienen sus puertas abiertas y para los menos golosos, el Graslei junto con un sol radiante ofrecen el momento ideal para una buena Leffe con patatas fritas a la brisa del canal.
Vrolijk Pasen!