Las Galerias Reales de San Huberto son un lugar por el que siempre vale la pena pasar: Chocolate, juguetes y ropa de lujo inundan esta suntuosa galería en mitad de la capital belga. ¿Pero alguno ha decidido caminar por los pequeños pasillos y salirse de la avenida principal?
Si lo hicieramos, nos encontraríamos con la librería Tropismes, una librería que desde afuera parece no ofrecer mucho pero como cualquier cosa de esta galería, está preparada para sorprendernos.
La verdad es que aunque no seamos entusiastas de la lectura es una vista obligada si pasamos por las galerías, pues es una librería preciosa.
Los marcos y columnas con detalles trabajados junto con un gran espejo en una de las paredes que hace que la librería se extienda infinitamente crea un efecto simplemente hipnótico.
Esta librería tiene tres pisos; En el subsuelo encontramos los libros de ciencias y artes, en la primera planta las novelas y en la segunda libros para los más pequeños.
Aunque la mayoría de los libros son en francés, nos podemos encontrar una pequeña minoría en inglés también.
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¿Dónde? 11, Galerie des Princes – Bruxelles
¿Cuándo? ¡Abierto toda la semana!
¿A qué hora? De 10 de la mañana a 6.30 de la tarde, excepto los domingos que abren a la 1 del mediodía.
Me llamo Guadalupe y aunque nací en Buenos Aires (Argentina) he estado viviendo la mayor parte de mi vida en España (Concretamente en Cataluña y Andalucía). Estudio Publicidad y RRPP y mi debilidad es la creación de contenido audiovisual, eso quiere decir que llevo mi cámara a todos los sitios y tengo una obsesión por documentar mi pequeño paso por la tierra.
Hace un año justo decidí echar la beca para venirme a estudiar en Bruselas y un año después me encuentro aquí, en el centro de la capital europea con miles de historias y experiencias que he vivido en mi primer semestre.
En resumen podría decir que mi primer semestre en Bruselas estuvo repletísimo de emociones; Al principio, me resultó un poco duro alejarme de todo aquello que conocía y había aprendido a querer en España, pero poco a poco Bruselas y su gente me enseñaron que esta ciudad tiene mil y un rincones que hacen que sea imposible aburrirse y hoy en día resulta imposible despegarme de este rincón de Europa al que puedo llamar con orgullo ‘hogar’.