Se nota que ya estamos en primavera cuando las calles del centro de Bruselas se empiezan a llenar de niños jugando, turistas sacando fotos y bruselenses descansando de su ajetreado día en las terrazas de los cafés.
Otra cosa que me hace sentir en un ambiente primaveral es el mercadito que se monta en la rue Marché aux Herbes, que al mediodía se llena de decenas de curiosos transeúntes dispuestos a llevarse algún regalito a sus casas. La verdad es que se crea un ambiente genial; Suele haber uno o dos músicos ambientando el centro mientras vemos accesorios artesanales, dibujos y pinturas de la ciudad y un sinfín de libretitas y bolsos de todos los colores y tamaños. Unos regalos que son ciertamente mucho más originales que lo de las típicas tiendas de souvenirs que estamos acostumbrados a ver.
Es un mercado bastante pequeño…¡Pero es encantador! Sin duda vale la pena darse una vuelta por allí si nos encontramos de camino a la Grand-Place o volvemos de bebernos unas cervezas en la zona de la Bourse.
¿Y vosotros, ya sentís la primavera en Bruselas?
Me llamo Guadalupe y aunque nací en Buenos Aires (Argentina) he estado viviendo la mayor parte de mi vida en España (Concretamente en Cataluña y Andalucía). Estudio Publicidad y RRPP y mi debilidad es la creación de contenido audiovisual, eso quiere decir que llevo mi cámara a todos los sitios y tengo una obsesión por documentar mi pequeño paso por la tierra.
Hace un año justo decidí echar la beca para venirme a estudiar en Bruselas y un año después me encuentro aquí, en el centro de la capital europea con miles de historias y experiencias que he vivido en mi primer semestre.
En resumen podría decir que mi primer semestre en Bruselas estuvo repletísimo de emociones; Al principio, me resultó un poco duro alejarme de todo aquello que conocía y había aprendido a querer en España, pero poco a poco Bruselas y su gente me enseñaron que esta ciudad tiene mil y un rincones que hacen que sea imposible aburrirse y hoy en día resulta imposible despegarme de este rincón de Europa al que puedo llamar con orgullo ‘hogar’.