El pasado mes escribía sobre el impresionante edificio del ayuntamiento de Lovaina, y hoy lo hago de la no menos espectacular biblioteca de la universidad y De Bibliotheektoren (La Torre de la Biblioteca), y de su historia.
Dudaba si debía hacer un artículo de la biblioteca o no; se ha escrito mucho de ella, hay información por todas partes, voy a repetir información de otros medios, parecerá una copia,… ¿Cómo voy a pasar por erasmusenflandes.com y no escribir sobre la biblioteca? Tengo que hacerlo, es obligatorio. Y una vez la has visitado, aún más.
Ya hemos comentado que La Universidad de Lovaina es la universidad católica mas antigua del mundo, con casi seis siglos de vida, des de 1425. Al hablar de su historia no podemos olvidar su biblioteca, que es un símbolo de la institución y de su proceso histórico.
La Biblioteca Central se inauguró en el año 1636, dos siglos mas tarde de la fundación de la universidad, y se situó en el antiguo Mercado de los Paños (Halle aux Draps), edificio del siglo XIV, al que se realizarían varias adaptaciones a lo largo de los años. En 1725 se construyó una nueva ala, donde se trasladó la biblioteca, contando con una espectacular sala de lectura de estilo barroco tardío junto a Oude Markt.
A finales del siglo XVIII, como efecto de la revolución francesa, una parte del fondo de la biblioteca fue a parar a otras instituciones, como la Escuela Central de Bruselas o la Biblioteca Nacional de París, y otros documentos terminaron repartidos por numerosas bibliotecas europeas.
En 1835 la biblioteca se instaló en Naamsestraat en un edificio del siglo XVII, disponiendo de más de 300.000 volúmenes, entre adquisiciones y donaciones.
El 25 de agosto de 1914, durante la Gran Guerra, después de días de ocupación pacífica de la ciudad por tropas alemanas, sus soldados prendieron fuego a la biblioteca de la Universidad y a una gran parte de la ciudad. El edificio quedó reducido cenizas, así como los antiguos libros que fueron destruidos por las llamas. Cientos de miles de volúmenes y manuscritos irreemplazables del Gótico y el Renacimiento se perdieron.
La prensa internacional pronto se hizo eco de la noticia y antes de que la Primera Guerra Mundial terminara, las potencias aliadas y neutrales formaron un comité para reunir dinero y libros para la reconstrucción de la Biblioteca de la Universidad, la comunidad internacional, indignada, no podía aceptar la destrucción de tanto conocimiento. La intención alemana de intimidar a sus enemigos y a todos los que se pusieran en su camino tuvo el resultado contrario. La destrucción de Lovaina no se consideró como un evento más en una guerra, sino como un ataque frontal a la cultura y civilizaciones no alemanas, que empujó a los aliados a luchar con más determinación, si cabe, para acabar con la amenaza imperialista desatada aquel verano de 1914. Al finalizar la Guerra, el Tratado de Versalles estipuló la donación de los alemanes a la Universidad de 13.000 marcos en libros.
Los americanos se encargaron de la construcción del nuevo edificio, diseñado por el norteamericano Whitney Warren y construido entre 1921 y 1928. De estilo neorenacentista flamenco, se emplazó en Monseigneur Ladeuzeplein, siendo hoy uno de los edificios más impresionantes del conjunto de la Universidad Católica de Lovaina.
La nueva biblioteca es un homenaje a su historia y su decoración hace referencia a temas como el patriotismo belga, la victoria de los aliados (por ejemplo, una Madonna con casco atravesando con su espada la cabeza del águila prusiana), y sobre todo, la fraternidad norteamericana, a través de la presencia de símbolos como el águila imperial, los escudos de universidades americanas o las 48 campanas de la torre de carrillón, una por cada estado norteamericano; en la fachada aparece el nombre de las distintas universidades americanas que financiaron la reconstrucción.
Posteriormente, en la ocupación alemana de Lovaina durante la Segunda Guerra Mundial, en 1940, el edificio de la biblioteca volverá incendiarse por el fuego cruzado entre ambos bandos; irónicamente el edificio fue parcialmente destruido por el bombardeo estadounidense. La biblioteca tuvo que ser reconstruida.
En 1968, el enfrentamiento lingüístico entre francófonos y neerlandófonos, la Universidad Católica de Lovaina se escindió en dos. la sección francófona se trasladó a territorio valón con la creación de Louvain-la-Neuve, y los neerlandófonos se quedaron en el mismo emplazamiento. Evidentemente, al igual que la Universidad, en 1971 la biblioteca se dividió en dos, repartiendo volúmenes entre ambos campus.
En la visita que se puede realizar al edificio, si se asciende a la De Bibliotheektoren (La Torre de la Biblioteca), después de una fuerte subida (289 escalones) se obtiene una vista espléndida de Lovaina y sus alrededores. En las cinco plantas de acceso a la torre se puede ver una exposición fotográfica que te muestra la historia de la misma, y la huella que dejaron las dos guerras mundiales en el paisaje urbano de la ciudad (Planta 1 – Las llamas de Lovaina, Planta 2 – Guerra de las mentes, Planta 3 – La conexión americana, Planta 4 – Los rayos caen dos veces, Piso 5 – Las campanas de la memoria).
Es imprescindible hablar de las campanas y el carrillón, pero buscando información he llegado al artículo de una de mis predecesoras en este blog, que lo describe a las mil maravillas.
La biblioteca de varias plantas dispone de distintas secciones. El Tabularium con trabajos acerca de manuscritos, libros de historia, gráficos y fotografía. Tiene una colección de libros impresos antes de 1849, y también libros más tardíos que por varias razones se consideran raros o de gran valor. La colección consiste en incunables, impresiones del siglo XVI y XVIII, atlas antiguos, ediciones bibliófilas, primeras ediciones de importantes trabajos literarios. Otra sala es la librería de Asia del este, que fue inaugurada en 1996. La universidad establece aquí una colección acerca del lenguaje, la cultura, religión y en general temas relaciones con China, Japón y Corea. Las 60,000 publicaciones están en las lenguas de estos países.
En la primera planta se encuentra la gran sala de estudio toda recubierta de madera. Tiene dos pisos, unidos por dos escaleras de caracol. Es un lugar que invita al estudio y la lectura. Espacio muy acogedor, por la construcción en madera y por la luz natural que entra por las grandes ventanas de la fachada. Visita imprescindible, conocimiento en estado puro y en mayúsculas.
Me llamo Andrea Pujol y soy catalana. Estudio cuarto de periodismo en Barcelona. Me encanta descubrir nuevas cosas, nuevos lugares y estoy deseando empezar esta nueva experiencia para relataros todos los detalles de esta maravillosa ciudad.
Los primeros días han sido muy movidos, sin ningún momento de pausa habituándome a la ciudad y a sus costumbres. He pasado por calles importan
tes, por grandes plazas y también por callejuelas perdidas. Lovaina tiene un encanto difícil de encontrar en cualquier otro lado.