Ya os he mencionado en más de una ocasión la variedad cultural que alberga no sólo Bélgica, sino la pequeña ciudad de Amberes. En uno de los rincones de esta región flamenca encontramos un barrio con vibraciones del otro extremo del mapa, concretamente, del continente asiático. Toda una calle rebosante de establecimientos de esta exótica cultura que cambian no solo la oferta de servicios sino la estética del lugar.
Según sales de la Estación Central de Amberes, siguiendo todo recto por Koningin Astridplein, te topas con una entrada a otro mundo. Una preciosa y monumental puerta nos abre el paso a una hilera de restaurantes, mercados y demás establecimientos de productos y servicios relacionados no solo con China (aunque sea conocido popularmente como “barrio chino”) sino también con Tailandia y demás regiones orientales. No se debe pasar por alto el detalle del alumbrado: farolillos sostenidos por estatuillas con la forma de un dragón.
El barrio chino, no muy extenso, abarca actualmente las calles de Van Wesenbekestraat y Koningin Astridplein.
Soy Marina y desde hoy hasta junio soy la corresponsal de este blog en la ciudad de Amberes. Estudio Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación en inglés y alemán en la UAM . Tal vez no lo sepáis, pero tanto el inglés como el alemán tienen una hermana no tan agraciada actualmente: el neerlandés. Por lo tanto, si sabes inglés y, especialmente, alemán ya tienes mucho camino recorrido en el aprendizaje de esta lengua (con nada más y nada menos que 38 millones de hablantes). Con lo cual, aprender neerlandés resulta una oportunidad difícil de desperdiciar (la típica oferta 3×2).
Por otro lado, resulta casi imposible evitar admirar la belleza de Flandes y sus ciudades portuarias, que nos dejan estampas dignas de ilustrar postales de Navidad. Paseas por Amberes y degustas de manera gratuita infinidad de sabores y matices del arte: el arte religioso y mitológico, el arte gastronómico, el arte moderno, el arte de la aristocracia, el arte de la moda e incluso el arte industrial.