Hasselt, la gran desconocida flamenca, la capital de la provincia de Limburgo que esconde entre sus calles cientos de comercios, bares y restaurantes, una arquitectura diversa y de contrastes, museos que reflejan su influencia como capital de la moda de Bélgica, productora por excelencia de jenevers o ciudad seducida por el arte contemporáneo y las nuevas tendencias que, sin embargo, ha sabido cómo mantener las viejas tradiciones mediante verdaderos pueblos medievales como puede ser Bokrijk. Y es que la provincia más oriental de Flandes guarda la esencia flamenca alejada de la mano de las grandes masas de turistas.
Con motivo de descubrir algunos de los secretos de Hasselt, este post va dirigido para todos los curiosos que no quieran abandonar Flandes sin antes conocerla al completo.
1. Recorriendo el centro de la ciudad
Una de las ventajas de ser la capital menos poblada de Flandes, es la cercanía de todos sus monumentos, edificios históricos, museos y parques, así que recorrer el centro de Hasselt no nos llevará más de dos o tres horas.
Comenzando nuestra ruta en Grote Markt, nos encontramos a pocos metros La Catedral de Sint-Quintinus, cuyo origen se remonta al siglo VIII en una pequeña iglesia que pasaría a ser nombrada catedral a partir del siglo XI, cuando un nuevo edificio de estilo romano sustituyó los viejos muros de la antigua iglesia. El nombre de uno de los lugares más antiguos de la ciudad rememora la tortura y decapitación del misionero romano San Quintín, cuya fiesta se celebra el 31 de octubre.
Actualmente, se aprecia un edificio con diferentes estilos arquitectónicos, fruto del paso de los siglos, como los elementos góticos de la torre oeste. Los muros de la catedral están decorados con frescos del pintor de Hasselt Godfried Guffens, aunque podemos encontrar muchos otros autores desde el siglo XV.
Rodeando la Catedral, miles de boutiques, tiendas de diseño, especialidades y cadenas tanto belgas como multinacionales dan vida y ambiente a la ciudad más comercial de toda Bélgica. Que todas las calles del centro sean totalmente peatonales y que haya sido declarada la localidad más limpia de todo el país invita a perderse en sus galerías, tiendas de segunda mano (como Assepoes) o establecimientos tradicionales con años de experiencia a sus espaldas. Además, dicho conglomerado comercial no solo mostrará sus mejores productos de lunes a sábado, sino que también estarán abiertos a nuestra disposición los llamados Shopping Sundays. Podéis consultar las fechas aquí.
Otros de los edificios que no puedes dejar escapar son la Basílica Virga Jesse, de estilo barroco y clásico y el edificio del Ayuntamiento en Groen Plein, sin pasar por alto los múltiples eventos que se organizan a pie de calle en las calles centrales de la ciudad. En nuestro caso, tuvimos la suerte de poder disfrutar de un Food Truck donde la variedad era la regla de oro.
2. Historia y tradiciones de Hasselt en sus museos
En Hasselt no todo es comprar y comer, la oferta de museos abarca todos los gustos. Para aquellos más interesados en la típica ginebra belga, el Jenevermuseum por el irrisorio precio de 6€ adultos y 1€ jóvenes explicará la diferencia entre la ginebra y el jenever, cómo ha evolucionado a lo largo de la historia y por qué no la inventó nadie en particular. ¿Sabías que el origen de esta bebida destilada es una pequeña bolsita de bayas? Si quieres descubrir más sobre el museo dedicado a la bebida nacional de Bélgica, no dudes en acercarte de martes a sábados de 10 a 17 h, con un chupito de jenever incluido, como no podría ser de otra manera.
Para los amantes de la moda, Hasselt también ofrece un rinconcito en el que aprender sobre las diferentes tendencias occidentales desde el año 1750. Actualmente la exposición Haute-À-Porter explica la influencia de la alta costura tradicional en la industria moderna basada en el “ready-to-wear”. Pincha aquí para consultar los precios y horarios de apertura del Modemuseum.
Por último, debemos destacar el Museo Histórico de Hasselt o Het Stadsmus, que saca a la luz cómo los habitantes de Hasselt consiguieron reinventar su ciudad y el impacto que aún tiene el pasado en el día a día de los lugareños, y el Z33, un museo contemporáneo en el Beguinaje de Hasselt que no te dejará indiferente ante las perspectiva que pretende transmitir al visitante de un mundo alternativo. Ambas entradas son gratuitas.
3. El Jardín Japonés de Hasselt
Pero si hay algo que verdaderamente diferencia a Hasselt del resto de provincias flamencas, es el jardín japonés más grande de toda Europa, situado en la avenida de Koning Boudewijnlaan, a unos 20 minutos a pie del centro de la ciudad. Este jardín, regalo de la ciudad japonesa hermanada de Itami, ofrece un lugar de paz y meditación donde los únicos ruidos se reducen a las canciones de agua, los peces koi atraídos por algunas miguillas de pan o el sonido de las hojas de cerezos, ramas de bambú o bonsáis. La ruta por el jardín estará acompañadas de un librito informativo que nos ayudará a comprender el significado e importancia del agua y la tierra en la cultura japonesa, así como algunos de sus símbolos: el Yatsuhashi, el Korokan o casa de las ceremonias de bienvenida, la roca Tsukubai o el Oribe (casa del té).
La entrada cuesta 5€, aunque es más que merecida en un año en el que las celebraciones en este jardín se multiplican debido al 150 cumpleaños entre la amistad de Japón y Bélgica. Así, algunos de los próximos eventos serán el 5 de junio con el Josei Festival dedicado a la mujer, el 21 de junio con el día internacional del yoga y el 25 y 26 de junio con los Días de los Jardines Abiertos y un descuento de 1€ en la entrada.
4. Otros
Desgraciadamente un día no es suficiente para aprovechar la gran oferta turística que Hasselt pone a disposición del visitante. No es esto motivo sin embargo para no mencionar algunos de los lugares más interesantes a los que no pudimos acudir como la Abadía de Herkenrode, donde un recorrido cronológico de 600 años nos contará la historia de la primera abadía de mujeres de la Orden del Císter por 7€ (4€ para jóvenes y estudiantes) o el pueblo medieval de Bokrijk, que retrata las labores de la época y la forma de vida de los países bajos en el Medievo con la ayuda de actores y en un escenario totalmente conseguido que hará transportarte 1000 años al pasado.
¡No olvidéis comentar con cualquier duda o sugerencia!
Tot ziens!