En la provincia de Limburgo, a unos 90 kilómetros al este de Bruselas, encontramos la villa de Tongeren. La ciudad tiene alrededor de 30000 habitantes y tiene el honor de ser considerada la ciudad más antigua del país. Sus inicios se remontan a la época de la conquista romana. Ya Julio Cesar comentaba en sus crónicas la existencia de un pueblo combativo, los Eburones, cuyo líder más laureado, Ambiorix, tiene una estatua en la plaza mayor del pueblo. Aun hoy en día podemos encontrar algunos signos de la época romana, aunque es importante decir que han sido modificados, restaurados o reutilizados en los años posteriores. Además , podemos visitar el museo Galo-Romano donde podrás empaparte aun más en la historia ( y prehistoria) de la región hasta la caída del Imperio Romano.
Durante la edad media, la ciudad gozaba también de una alta prosperidad, y se construyeron murallas defensivas y administrativas cuyos vestigios aun se mantienen en pie. Tongeren respira historia por todos sus costados, desde la imponente basílica gótica de Nuestra Señora, hasta el Beatario del siglo XIV que hoy aun mantiene la esencia de aquellos años. Sin embargo, la ciudad sufrió un terrible incendio al finales del siglo XVII durante la conquista del ejercito francés, y aun se conserva la última casa de madera que sobrevivió a aquel desastre.
Tongeren es una ciudad que merece ser visitada alguna vez. Sin embargo, este pasado fin de semana no era uno más. Cada siete años, se celebra durante una semana la festividad de la coronación de la Virgen, la mayor procesión de toda Bélgica. Durante varios años, todo el pueblo se prepara para este gran acontecimiento que recibe decenas y decenas de miles de visitantes durante la semana. Casi 3000 personas participan activamente de la procesión, que recorre las principales arterias de la ciudad. Desde primera hora de la mañana, las aceras se llenan de gente intentando colocar su silla en el mejor sitio posible para disfrutar del desfile. Esta tradición se realiza cada siete años desde 1890. Al final de la misma, por la tarde, se desarrolla en la plaza mayor una representación al aire libre. Un evento de grandes dimensiones que merece la pena vivir.
A pesar de no poder disfrutar de dicho acontecimiento hasta dentro de mucho tiempo, realmente os recomiendo pasaros por esta ciudad milenaria que os acogerá con los brazos abiertos.
Soy un madrileño, bastante castizo, nacido hace casi 24 años. Llegué a la ciudad de Lovaina hace dos años para estudiar un Master en Ingeniería biomédica. Soy un gran amante de la literatura y de la historia (sobre todo de las Guerras de Flandes, así que estáis de suerte).
Estos años me he dedicado, además de a beber cerveza, a recorrer los paisajes flamencos en bicicleta. Por tanto, mi idea es enseñaros algunos trucos y rutas interesantes aptas para todos los gustos y condiciones físicas.
Soy un enamorado de la arquitectura flamenca y brabanzona, y me gustan mucho los pueblecitos pequeños, así que intentaré enseñaros lugares menos conocidos o frecuentados. Como ya habréis podido imaginar, soy un gran amante de la cerveza belga ( siempre con responsabilidad) y tanto tiempo aquí me ha dado la oportunidad de probar muchas, así que haré alguna que otra sugerencia para aquel que se deje aconsejar.
Tampoco faltará información sobre festivales de música de todo tipo y forma, uno de los mayores atractivos veraniegos, y de vez en cuando algunos consejos sobre donde comer platos típicos, restaurantes con encanto, alguna fiesta que otra… todo lo necesario para disfrutar de un verano inolvidable.