Pocos lugares en el mundo han vivido tanta historia como la Grand Place de Bruselas. Su suelo adoquinado guarda algunos vestigios de un pasado muy intenso del que aun queda su aroma. Sin embargo, pocos o ninguno de los edificios o lugares que hoy en día quedan en pie se parecen a lo que en su momento fueron. Dos hechos muy importantes han marcado la historia de esta majestuosa plaza. Uno de ellos fue la consagración del Tribunal de los Tumultos, establecido por el Duque de Alba en el año 1567 y que acabó con la vida de cientos de protestantes. Entre ellos, fueron decapitados en la Grand Place los Condes Hornes y Egmond, cuya muerte se recuerda hoy en día en el parque del Petit Sablon. El segundo hecho histórico fue el bombardeo que sufrió la plaza en 1695 por el ejercito del rey francés Luis XIV. Dicho bombardeo destruyó casi por completo la plaza, y su reconstrucción marcó lo que hoy en día podemos ver, ya que anteriormente no era de planta rectangular. Muchos edificios quedaron destruidos, y sus historias nos llegan escritas en los libros.
Uno de ellos es la denominada “Maison du Roi”. Hace poco ya os comentamos que hoy en día se ha convertido en el museo de arte de la ciudad, y que en su interior guarda los trajes del Menneken Pis. Este edificio neogótico bastante recargado se comenzó a construir a finales del siglo XIX, y como base se tomó el ayuntamiento de Audenarde ( si no lo habeis visto, es clavadito). Sin embargo, hace 600 años en este mismo lugar se erigía el mercado del plan o Broodhuis para los locales. Fue utilizada por los Duques de Borgoña durante los siglos posteriores, hasta que un joven Carlos de Gante, que aun no era ni rey de España ni mucho menos Emperador, se interesó por este edificio, cuya remodelación terminó haya por 1535, aunque tenía un estilo algo mas renacentista. Es por él que este edificio tiene su denominación, además de que podréis encontrar estatuas de Carlos V y su esposa Isabel de Portugal en la fachada. Su nieta la infanta Isabel, soberana junto con su marido de los Paises Bajos españoles , remodeló el complejo en el primer cuarto del siglo XVII.
Poco después llegó ese agosto maldito de 1695 y el edifico quedó seriamente dañado. Su importancia fue olvidada a lo largos de los siglos, y algunas remodelaciones lo salvaron de convertirse en mastodónticas ruinas. La revolución francesa de finales del siglo XVIII trajo algo de aire fresco al edificio, que pasó a denominarse “Casa del Pueblo”, ya que los monarcas no gozaban de buena fama en aquella época. Sin embargo, todos aquellos vestigios se convirtieron en gravilla al ser demolidos para levantar el majestuoso edifico ( por su nombre, nunca mejor dicho) que hoy podemos contemplar.
Soy un madrileño, bastante castizo, nacido hace casi 24 años. Llegué a la ciudad de Lovaina hace dos años para estudiar un Master en Ingeniería biomédica. Soy un gran amante de la literatura y de la historia (sobre todo de las Guerras de Flandes, así que estáis de suerte).
Estos años me he dedicado, además de a beber cerveza, a recorrer los paisajes flamencos en bicicleta. Por tanto, mi idea es enseñaros algunos trucos y rutas interesantes aptas para todos los gustos y condiciones físicas.
Soy un enamorado de la arquitectura flamenca y brabanzona, y me gustan mucho los pueblecitos pequeños, así que intentaré enseñaros lugares menos conocidos o frecuentados. Como ya habréis podido imaginar, soy un gran amante de la cerveza belga ( siempre con responsabilidad) y tanto tiempo aquí me ha dado la oportunidad de probar muchas, así que haré alguna que otra sugerencia para aquel que se deje aconsejar.
Tampoco faltará información sobre festivales de música de todo tipo y forma, uno de los mayores atractivos veraniegos, y de vez en cuando algunos consejos sobre donde comer platos típicos, restaurantes con encanto, alguna fiesta que otra… todo lo necesario para disfrutar de un verano inolvidable.