La historia de Flandes no podría entenderse sin sus canales, símbolo de su antigua prosperidad mercante y rasgo propio de sus inmensas llanuras. Por eso, muchas de las ciudades de la región nos permiten descubrir sus estrechas callejuelas y sus picudas casitas de ladrillo desde la perspectiva de los cisnes de Brujas o los patos de Malinas.
Algunas de estas ciudades ofrecen un tour turístico, con anécdotas y datos curiosos (en español) sobre los puntos de interés que vayamos viendo en nuestro recorrido mientras que otras nos invitan a disfrutar de pequeños paseos en barca a modo de tranvía acuático. Estos últimos, como los de Gante o Bruselas, son más económicos, pero igualmente agradables.
Brujas, la Venecia del Norte, es especialmente famosa por sus recorridos en barca. Este paseo, que dura una media hora, es un viaje fabuloso a través de un cuento de hadas, de sus cuidadísimas casas y de sus puentes de piedra, acompañados de los famosos cisnes de sus canales. Existen varios puertos de los que salen las barcas, aunque todas realizan el mismo recorrido. Allí además es donde podremos conseguir los billetes por siete euros para los estudiantes.
Malinas no es tan conocida por sus canales, pero su paseo por el río Dyle es una experiencia igual de encantadora. En esta ocasión y desde un único puerto recorreremos el río a través de todo el casco urbano, de una esclusa a otra, escuchando una amena explicación de la historia del canal y las plazas que la rodean, entre ellas la de los Pescadores. Además, en este paseo podremos disfrutar de una cerveza o una copa de champagne a bordo para que la experiencia sea completa.