Cuando llegamos a Lovaina hay algo especial que se respira en el ambiente. La pasión por la cerveza. Y ellos saben cómo disfrutar de ella.
Muchos nos tomamos un botellín de cerveza con pajita y nos quedamos más anchos que largos. Error. En este post tienes todo lo que necesitas para sentirte como un gran maestre de abadía en 9 sencillos pasos:
Paso 1: La purificación. Necesitamos una copa limpia y húmeda, así la cerveza al deslizarse por la pared de la copa (copa de cáliz, no vaso de tubo ni copa balón) no perderá el gas y la espuma se mantendrá adecuadamente.
Paso 2: El sacrificio. Una cerveza bien tirada implica tirar la parte de cerveza que queda estancada en los tubos del grifo.
Paso 3: La alquimia del remolino. Como ya hemos mencionado, es necesario que la cerveza se deslice adecuadamente por la pared, y llegue a formar un remolino al alcanzar el fondo. Todo un arte.
Paso 4: El cuello. Una vez hemos formado el remolino, se ha de seguir llenando la copa verticalmente.
Paso 5: La eliminación. Ya tenemos la copa llena, la apartamos y dejamos salir un poco más de cerveza.
Paso 6: La decapitación. Si todo ha ido correctamente, tendremos una espesa corona de espuma en lo alto de la copa, que tendremos que retirar con una espátula para dejarla a ras del borde de la copa.
Paso 7: El juicio. Dos dedos o dedo y medio. Esa es la perfecta medida de la cantidad de espuma adecuada en una copa.
Paso 8: La última limpieza. Para quitar restos de espuma o cerveza de la copa.
Paso 9: La presentación. Sola o con unos buenos mejillones con patatas fritas, la cerveza no defrauda.
¡Tenéis todas las fotos disponibles en Flickr! ¡No dejéis de visitarlo, porque pronto echará humo!