Desde el 17 de junio hasta el 1 de enero podéis encontrar en el centro cultural Caermersklooster una exposición sobre el nacimiento del capitalismo y la edad de Oro en Flandes. Con el carnet universitario, podréis acceder a esta exposición de forma gratuita y sumergiros en la época de mayor desarrollo de la región de Flandes.
La exposición narra los inicios, en los siglos XV y XVI, de una nueva mentalidad: la del hombre emprendedor, práctico e innovador. Esto se debe a que las innovaciones en las técnicas de agricultura dejaron a muchos hombres de la tierra sin trabajo, mudándose a las ciudades y comenzando a buscarse la vida de otra manera. Es en los Países Bajos donde este cambio de mentalidad comienza a florecer. Debido a su situación geográfica (especialmente a sus canales) esta región se convierte en una potencia económica y comercial, especialmente con un emergente mercado artístico.
Este nuevo hombre emprendedor comienza a viajar, el mundo ya no se antoja un peligro y los descubrimientos se suceden en navegación, topografía y óptica. Los artistas también quieren sacar provecho de esta nueva era, y comienzan a producir obras para el mercado privado. Como dato curioso, en el siglo XVI, en Amberes había más pintores que panaderos. Es en Amberes donde se crean los primeros modelos bancarios y casas de cambio: avances con los que la historia, en ocasiones, no ha sido del todo justa, pues no se ha reconocido plenamente la importancia que tuvo esta región en estos siglos (aunque, por supuesto, el debate está abierto).
Aquí llega mi parte favorita de la exposición: money is sinful. Representado hasta la saciedad en el arte de la época, el hombre del siglo XVI no siempre supo manejar el dinero con sabiduría: banquetes, bebidas, fiestas descontroladas… Todo esto escandaliza a artistas como El Bosco, que representaba en El Juicio Final las consecuencias que tendrían esta vida, alejadas de la virtud y la piedad.
Se gestaba así el caldo de cultivo perfecto para un enfrentamiento religioso entre católicos y protestantes. Carlos V y su hijo Felipe II comenzaron una guerra contra los protestantes que daría lugar a la fractura entre el sur (Bélgica) que permanecería cristiana, y el norte (Países Bajos), protestante.
Ante todo, esta época dio lugar a un hombre emancipado, dependiente únicamente de su talento y no de los deseos de la aristocracia, un hombre innovador y que traería consigo descubrimientos históricos.
El final de la exposición nos ofrece una proyección muy llamativa sobre la relación entre el pasado histórico y la actualidad.
Una reflexión muy interesante, y un poquillo de cultura general… ¡que nunca viene mal!
Podéis encontrar imágenes de la exposición y mucho más en nuestro Flickr.