Un lunes cualquiera, casi anocheciendo, sales de clase, te acercas al centro histórico de la ciudad y encuentras un goteo incesante de gente entrando en la Catedral de Nuestra Señora de Amberes (Our Lady’s Cathedral of Antwerp). Nos acercamos a la puerta principal: CERRADO. Miramos en una de las otras puertas y un cartel indica misteriosamente use side entrance: “Groenplaats”. No estamos muy seguros de que ocurre allí adentro, pero sabemos que es algo extrañamente atractivo; algo que nos despierta tras salir adormilados de las clases y reuniones de este lunes; algo que, sin saber por qué, nos está diciendo “entra, lo estás deseando, no te arrepentirá…” al tiempo que una música lejana, casi inaudible desde afuera nos silva al oido una melodía que nos hipnotiza y consigue hacernos entrar.
Así es como terminó mi lunes 17 de octubre, en la Catedral de Amberes ya en la noche. No es que sea una experiencia muy normal visitar una catedral a la luz de la luna, pero es al fin y al cabo una experiencia más que llevo en mi haber y, sin duda, muy recomendable.
Para todos aquellos que aún no lo conozcáis, existe una organización dependiente de la UAntwerpen llamada Zomaar een Dak Universiteit Antwerpen (significa algo así como solo un tejado) que, aunque no es muy conocida organiza diversas actividades muy interesantes para la comunidad universitaria. Todas ellas publicadas en su blog (la próxima habla de una abadía, atentos…).
En esta ocasión, nos daban la oportunidad de hacer una visita especial a la Catedral de Nuestra Señora de Amberes, visita que para residentes en Amberes en cualquier momento es gratuita, pero para los no residentes tiene un coste de 5€ destinado a sufragar los gastos que conlleva tener un edificio “tan necesario y tan ineficiente economicamente de otro modo, ya que hoy en día hacen falta edificios ineficientes para recordar que no todo en la vida se reduce al dinero y la rentabilidad“, en palabras del propio párroco, el padre Bart Paepen.
Fue él mismo, el vicario de la Catedral, quien nos dedicó unos minutos y nos regaló un tour nocturno por ésta iglesia, que fuera en otro tiempo concebida en 1352 para ser la Catedral Neogótica mas grande del mundo, y aunque mas adelante fuese superada por otras, se trata de la catedral mas grande de los Paises Bajos y Bélgica. Fue construida en el sitio donde asentaba la Iglesia Románica de Nuestra Señora, patrona de la ciudad de Amberes y de la Catedral, por supuesto.
Ésta, que fue primero Iglesia y mas tarde Catedral, ha soportado a lo largo de la historia incendios y agresiones, e incluso sobrevivió a Napoleón y la conquista en 1794 de los revolucionarios franceses, quienes dada su ideología anticlerical trataron de desmantelarla y utilizar los materiales de semejante construcción para crear otras mas útiles y el metal para su ejército. Afortunadamente, Jan Blom, arquitecto de la ciudad en aquel entonces, tuvo la imaginación suficiente como para retrasar la demolición utilizando la burocracia: cada vez que traían los papeles necesarios para llevar a cabo la autorización de demolición, Blom se inventaba un nuevo requisito, firma, papel o autorización de alguna persona, necesarias para ello y sin las cuales no podía destruirse la catedral. Es gracias a él que aún pervive y hemos podido disfrutar de ella. No obstante, ésta, que fue casi un museo de Rubens, fue saqueada y muchas de las obras desaparecieron (hoy se han recuperado y restaurado tanto las obras como la catedral y podemos admirarlas y disfrutarlas en el interior).
Como podemos ver, la La Catedral rezuma arte, pinturas, esculturas… y es que en la época una catedral no sólo era un lugar de oración sino que, mientras el sacerdote llevaba a cabo la liturgia, los ciudadanos que no hacían nada mas que “estar presentes” se entretenían y admiraban las obras de los artistas, que competían entre ellos por crear las mas bellas. Estas obras, encargadas por mecenas no solo trataban de entretener y educar al pueblo sino que eran los “anuncios o publicidad” de la época, apareciendo en ellos elementos que el mecenas fabricaba o vendía, para que los ciudadanos los viesen.
Como vemos, estas construcciones no eran sólo un centro de oración y culto, que lo eran, sino que resultaban algo mucho mas complejo, un lugar donde la gente de la época podría encontrarse y hacer incluso negocios, respetando las zonas más sagradas, al tiempo que disfrutaban de un espectáculo de colores proporcionados por las vidrieras y la orientación este del edificio, aprovechando la salida del sol para deslumbrar con la belleza del lugar.
Hoy no valoramos en tanta medida estos lugares, que fueron en su momento muy importantes y decisivos para la evolución de la sociedad hasta lo que hoy somos.
En nuestra visita pudimos disfrutar de un concierto de órgano, de los dos que hay en la Catedral, a manos de Peter Van de Velde, uno de los mejores organistas que existen hoy en día y organista titular de la Catedral de Amberes y, finalmente de sopa caliente, refrescos o cervezas gratuitas en el lugar.
Sin duda una experiencia diferente en la noche, muy recomendable y que apetece en tu #erasmusamberes.