Una de las cosas que más me han preguntado estas navidades al volver a España ha sido si la cantidad de gofres que se come en este país es tan ingesta como se dice. Y la verdad es que sí, no hay día que no vea a alguien por las calles de Bruselas comiendo gofres.
La segunda parte viene cuando te dicen si sabría yo misma hacer uno al más puro estilo belga, y quisiera o no la respuesta tenía que ser afirmativa. Por eso me dispuse manos a la obra, pregunté a varios amigos nativos de Bruselas y me contaron su receta personal para hacer un buen gofre. Atentos:
En primer lugar tomaremos un recipiente lo suficientemente grande como para que podamos ir echando progresivamente todos los ingrediente. Empezaremos batiendo 3 huevos hasta obtener una textura cremosa. A continuación verteremos aproximadamente 2 tazas de leche mientras no dejamos de batir los huevos, hasta que ambos queden perfectamente integrados. Después echaremos sobre nuestra mezcla 110 gramos de mantequilla previamente derretida en el microondas. Más tarde, con la ayuda de un colador de malla fina, tamizaremos 1 taza de harina. Sería buena idea tamizarla en dos bloques, es decir, primero media taza y luego la otra mitad. En la segunda mitad añadiremos al tamizado dos cucharaditas de levadura en polvo y una pizca de sal. Llega la hora de batir y batir y batir hasta que todos los ingredientes se integren y nos quede una masa totalmente homogénea. Por último añadiremos 60 gramos de azucar, volver a batir un poco más y… ¡ya tendríamos lista nuestra masa de gofres! Solo quedaría verter la masa en un molde similar al de la fotografía que adjunto abajo, que es el que utilicé yo, (previamente engrasado de mantequilla para evitar que el gofre se pegue) introducirlo en el horno entre 10 y 15 minutos y ¡voila!. Ya tienes tu postre típico belga con el que sorprender a tus amigos y familiares.