Volvemos a Brujas tras unos días, porque aún tiene mucho que enseñarnos, y porque nos encanta esta ciudad! Lo que veremos hoy es perfecto para dar un paseo relajante, y vale lo mismo para invierno que para verano, para sol o para niebla.
El sitio que vamos a visitar, entre otros, es el río de Brujas, que tiene un montón de cosas interesantes para ver, monumentos, parques y sobre todo sitios donde sacar la foto perfecta. Un imán de likes, como quien dice.
Nuestra visita comienza en la estación de tren de Brujas, aquí. Para llegar sanos y salvos desde donde estemos, sea Lovaina u otro sitio, lo mejor será meterse en este post. Desde la estación de tren tendremos que coger el camino hacia la derecha, que nos lleva hacia el centro, bordeando el río. Llegados a un punto veremos un gran estanque, el antiguo puerto interior de Brujas. Si miramos hacia la izquierda veremos el la entrada al beaterio, y a lo lejos el gran campanario de Grote Markt. Enfrente de nosotros tendremos la torre de Poer y el puente de Minnewaterbrug. La torre data del siglo XV, y fue usada para algo que no es fácil de adivinar: guardar hielo. En su sótano se conservaban barras de hielo para conservar alimentos, gracias a un inteligente sistema de corrientes de aire.
El puente nos lleva hacia el paseo de Katelijnevest, una vía rodeada de canales, árboles y puentes. El parque Minnewaterpark fue, además de lugar de recreo, el sitio donde se establecieron numerosas fábricas desde hace siglos: molinos de trigo en los canales, curtidurías, cervecerías. Ahora nada de eso se encuentra aquí, y todo son caminos rodeados de naturaleza, tranquilos pero con bastante gente que, entre viajeros y vecinos, le dan vida al parque.
Tras recorrer el sendero llegaremos a Gentpoort, o como los expertos en flamenco ya sabréis, la puerta de Gante. Formaba parte de las murallas en el siglo XIII. Luego, al demolerse éstas, sirvió como caseta de peaje, y tras ello, se mantuvo como monumento junto con otras puertas de la ciudad. Por esta puerta, como curiosidad, fue por donde en 1944 huyeron los soldados alemanes perseguidos por los canadienses que recuperaron la ciudad para los aliados.
Ahora tenemos que seguir el camino que parte de la puerta hacia dentro de la ciudad, y llegaremos al parque de la reina Astrid, o Koningin Astridpark. Este parque, también conocido como Jardín Botánico o Botanieken Hof, tiene un gran estanque interior, estatuas, y en él habitan bastantes animales, como patos, cisnes y otros pájaros. En una de sus esquinas hay una Iglesia-monasterio de los franciscanos, quienes poseían los terrenos del parque hasta que un incendio y unas revueltas hicieran a los monjes abandonarlos.
Tras ver el parque podemos volver hacia el río y hacer el camino que queda a la izquierda de la Gentpoort, hasta la Kruispoort, por el Kazernevest. Esta otra puerta tuvo casi la misma historia que la de Gante, primero formaba parte de las murallas, luego se usó como punto de peaje, y luego fue declarada monumento. Siguiendo más adelante, llegaremos al punto más vistoso de la visita:
Los molinos Sint-Janshuis y Nieuwe Papegaai son ejemplos de patrimonio industrial de la ciudad, donde llegó a haber más de 30 por el paseo que hemos realizado antes. Sin duda son impresionantes, sobre las lomas artificiales sobre el césped. Es el momento de hacer una foto bonita. Nosotros os dejamos aquí, con muchos molinos, viajes y… #ErasmusLovaina