A grandes zancadas se movían los corazones este pasado domingo 13 de febrero en el bonito parque de Riverenhof.
Sí, si, os hablo literalmente de auténticos corazones con patas, corriendo sin mayor objetivo que proclamar el amor de una manera diferente, disfrutar respirando aire fresco y de paso mover un poco la sangre para que los engranajes no se oxiden. ¡Qué mejor plan para una mañana de domingo!
La carrera, llamada “Liefmans y ATV Valentijnrun en Rivierenhof” constaba de un fácil y llano recorrido por las inmediaciones de este maravilloso parque al Este de la ciudad de Amberes. 10 kilómetros de trote recreativo por un sinuoso trayecto, que nos permitió a los espectadores, ver todos los participantes varias veces, y elegir nuestro disfraz favorito.
Porque claro, en esta romántica carrera, no había lugar para la competitividad (absténganse los acelerados), pues el premio se lo llevaba el mejor disfraz de todos. Así pudimos ver, desde corazones andantes, caras decoradas con enormes pelucas y como no, muchas parejitas proclamando su amor llegando de la mano a la línea de meta. Además en esta carrera no importaba la edad pues incluso padres e hijos podían correr juntos, en mi opinión gran forma de enseñar y compartir valores.
Aprovechando el buen ambiente, y la felicidad que se respiraba hoy, alguna que otra aprovechó para sacar un poco de partido de la situación, y disfrazada también ofrecía paquetes de gominolas, a un módico precio de 3 euros, con el que contribuíamos a difundir el amor, y a que ella pudiese celebrar un gran banquete el día de su boda. Entre risas, acabamos aceptando también… ¡Vivan los novios!
Ya para terminar, no nos podíamos marchar sin conocer la opinión de unas amables runners locales. Las dos amigas aunque algo fatigadas, sonreían con pasión al relatarme que había sido todo un reto, pues era la primera vez que corrían una distancia tan larga, pero que ahora la satisfacción era inmensa. Un ejemplo muy inspirador para todos aquellos que empiezan en el mundo del deporte y dudan de sí podrán o no. ¡Claro que sí, los records están para batirlos!