Llegado al final de este mes de febrero, mi carácter de exploradora me ha hecho darme cuenta que Bélgica posee unos preciosos recovecos naturales que merece la pena explorar y que me siento obligada a compartir con vosotros. Uno de ellos es el famoso Parque Bokrijk, un área natural a 30 minutos en bici del centro de Hasselt podrás realizar actividades de todo tipo, vamos por partes:
¿Os gusta el ejercicio al aire libre? Entonces, ¡haz senderismo o monta en bicicleta! En el centro de información encontrarás rutas que realizar a lo largo de las 550 hectáreas andando o en una bicicleta que puedes alquilar previamente por 10 euros. Es el plan ideal para cuando familiares o amigos vengan a visitarte y quieran conocer una parte rural de la zona flamenca belga. Y no solo eso sino que andando y andando encontraras una mesa de picnic a pie de un lago en mitad de este pasaje, por lo que unos bocadillos y buena compañía completarían esta experiencia perfecta.
Como bien dice el dicho “serendipia” hay veces que vas buscando algo y encuentras otra cosa mejor, eso me paso a mi cuando iba en bici explorando Bokrijk para encontrar un sitio tranquilo para leer y me topé con uno de los lugares que siempre había querido visitar: un arboretum. Yo, “friqui” de las plantas siempre había querido ir a uno de ellos; se trata de una colección de árboles y plantas con una diversidad impresionante que forman pequeños bloques de paisajes diferentes entre sí. Cada uno de ellos posee una vegetación singular lo que da pie a un interés científico en el ámbito de la fisiología y biotecnología vegetal enorme. En esta parte del trayecto recomiendo dejar la bici aparcada e ir explorando andando ya que hay pasadizos preciosos para observar pero muy estrechos.
Después de descubrir esta preciosidad y aumentar nuestros conocimientos en plantas vamos notando las piernas ya cansadas de tanto deporte, por lo que podemos hacer un “break” en uno de los muchos bares y restaurantes que tiene Bokrijk.
Como veis esta visita tiene que ser obligatoria en vuestra estancia en Hasselt pero aún queda por visitar la última parte de esta octava maravilla: el museo al aire libre que contaremos en la próxima entrada.