Que no, que no, ¡que no estoy insultando a nadie! “Cabrón” tan solo es el gracioso nombre de un animado café, situado muy cerquita de la plaza de Grote Markt.
He de decir que este acogedor lugar, ya es de por sí bastante frecuentado por estudiantes locales y extranjeros. Pero por si un domingo cualquiera, 19 de marzo, no mucha gente se animaba a ir, los innovadores dueños del “Cabrón“, decidieron hacer un auténtico espectáculo de magia para incitar a la gente a salir de sus casas para ver el show.
La palabra “magia” procede del latín: “magīa”, derivado a su vez del griego “μαγεία mageia”, refiriéndose a ‘cualidad de sobrenatural’, ‘ser capaz’, ‘tener poder’. Teniendo también raíces en la antigua casta sacerdotal persa, y a su vez del sánscrito indio “maga”: ‘ilusión’. Así, la magia se define como el arte o ciencia oculta, con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, unos resultados contrarios a las leyes naturales.
Gabriel Ascanio con su show: “Mental Illusion“, es el nombre de este particular mago que nos dejó con la boca abierta a los numerosos asistentes a su espectáculo.
La ya de por sí mágica ciudad de Amberes, esa noche se tiñó con un misterioso color, durante las dos horas que duró el acontecimiento.
Pudimos ver los famosísimos juegos de cartas y adivinación de números, propuestos por el público. También un gracioso juego, en el que con un clavo bajo un vaso de papel, este increíble mago debía adivinar el vaso en el que estaba el clavo, y con todas sus fuerzas y confianza en sí mismo, aplastar el resto de vasos, a riesgo de hacerse un agujero en la mano.
También nos sorprendieron con otros juegos en los que un espectador del público se arriesgaba a romper su propio teléfono móvil a golpe de martillo. O una alucinante hipnosis, en la que el hipnotizado se creía que estaba comiendo una sabrosa manzana cuando en realidad lo que se comía era un ajo… (este último realmente suscitó todas nuestras carcajadas).
Por último, mi amigo, también en el público, tuvo la oportunidad de ganarse 15 o 100 €, adivinando el billete que se encontraba dentro de una caja hermética que se encontraba en el escenario… Una pena que la ambición le jugase una mala pasada.
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