Felipe el Hermoso, Carlos V, Felipe II… Son el comienzo de dos siglos de reinado español en los Países Bajos (siglos XVI al XVIII). Para aprender más sobre el contexto sociopolítico de esta época os recomiendo encarecidamente leer los ejemplares posts “históricos” de mi colega Miguel (corresponsal en Gante también entre febrero y junio de 2017). Él os cuenta todo (o casi todo), yo sin embargo os contaré hoy pequeño capítulo (algo turbio) de aquel dominio español en el territorio de las actuales Bélgica y Holanda, un capítulo que se desarrolla concretamente aquí, en Bruselas.
CONDES DE EGMONT Y DE HORNES
El conde de Egmont (Lamoral Egmont), un personaje de la nobleza de aquella época y caballero de la Orden de la “Toison d’Or”, participó bajo las órdenes de Carlos V en campañas militares como la Guerra de Schmalkalde contra los protestantes alemanes y otras, así como en misiones diplomáticas para el Rey. Gobernador de los antiguos condados de Flandes y de Artois y miembro del Consejo de Estado de los Países Bajos de la época, el conde de Egmont era un personaje respetado y de renombre.
La biografía del conde de Hornes (Philippe de Montmorency) tiene muchas similitudes con la de Egmont: fue caballero de la Orden de la “Toison d’Or” también participó en guerras al servicio de Carlos V y fue gobernador del territorio de Gueldre. Junto con Guillaume d’Orange, el “Taciturno”, estos tres personajes históricos son importantes en sus zonas de influencia y están ligados a la Corona Española. Sin embargo, bajo el reinado de Felipe II, hijo de Carlos V, son los protagonistas de la oposición a las medidas político-religiosas que este quería poner en marcha desde España.
REVUELTA POLÍTICO-RELIGIOSA DEL XVI
Desde principios del siglo XVI, las tesis de Lutero, los anabaptistas (una rama del protestantismo) y los calvinistas irrumpen con cierta fuerza en varios territorios de Centroeuropa. Felipe II decide continuar con las medidas de defensa del catolicismo que su padre quería para esta región, pero él, aunque ejercía como rey desde Madrid, apostó por una ultradefensa de la unidad religiosa (católica). Continúa con la Inquisición creada por Carlos V en 1522 para la persecución de los “herejes”, pero el mayor radicalismo de Felipe provoca una fuerte oposición religiosa, la cual va a unirse a otro movimiento de protesta, este más bien político: el considerable aumento de los impuestos debido a la guerra contra Francia y al mantenimiento de las tropas españolas afincadas en los Países Bajos en realidad sirvió más bien a las necesidades de la monarquía española (en España). Muchos católicos, además de los partidarios del protestantismo, junto con parte de la nobleza, encarnan la revuelta político-religiosa del siglo XVI. Los protagonistas: el conde de Egmont, el conde de Hornes y Guillaume d’Orange.
DUQUE DE ALBA, BRAZO “EXTERMINADOR” DE FELIPE II
Se dice en Bruselas que en algunas familias, las madres continúan diciendo a sus hijos: “Niño, pórtate bien, que si no va a venir el duque de Alba para castigarte”. En efecto, Fernando Alvarez de Toledo, el duque de Alba no es precisamente el español mejor recordado en Bélgica, ya que fue el brazo ejecutor de las órdenes recentralizadoras y de imposición del catolicismo que Felipe II disponía desde Madrid. Mediante la creación de dos ministerios especiales, el duque de Alba llega a Bruselas con muchos poderes administrativos y provoca la dimisión de la gobernante Margarita de Parma. No tardó el duque en mostrar la fuerza de la Corona Española mediante la ejecución de dos personas públicas importantes: nuestros protagonistas de hoy, los condes de Egmont y de Hornes. Su oposición al cardenal Granvelles y su rechazo a la radical represión de la libertad de culto les costó la vida. Así fue como el sábado 5 de junio de 1568, acusados de “crimen de lesa majestad”, fueron decapitados con espada en la misma Grand Place, con muchos espectadores y frente al edificio de Gobierno, la Maison du Roi (actual museo de la Ville de Bruxelles). Fue la primera de muchas. Una placa conmemorativa así lo indica en una de sus columnas.
PETIT SABLON, PALACIO Y PARQUE DE EGMONT
Emplazados junto a avenue de la Régence y enfrente de la iglesia de Notre-Dame du Sablon, la plaza del Petit Sablon y el palacio y parque de Egmont son otros de los elementos que nos hacen recordar a estos dos personajes que fueron considerados como herejes.
- Petit Sablon: gran estatua de Egmont y Hornes, considerados para muchos como “héroes de la resistencia contra la Corona española”. Fue construida por propuesta de Charles Rogier, uno de los protagonistas más importantes del nuevo estado belga surgido en 1830-1831 (ver post revolución). En realidad, los condes de Egmont y Hornes ayudan a la identificación de Bélgica como país independiente. Los acompañan otros personajes de esa resistencia, como Van Orley, Ortelius o Guillaume d’Orange.
- Palacio de Egmont: justo detrás de la plaza del Petit Sablon, y acompañado del parque de Egmont, una “isla verde” formada por los jardines que pertenecieron en su día al palacio de Egmont (ambas cosas hoy propiedad del Estado). Dentro hay una cafetería y es un buen espacio para pasar una tarde tranquila de verano.
Os dejo todas las fotos de estos lugares y relativas a este post en Flickr. ¡Espero que os haya gustado! Entramos en la recta final de esta edición de ErasmusBruselas. ¡Un abrazo, Erasmus valientes!
1 comentarios
En realidad el Duque de Alba estaba en contra de ejecutar a estos dos nobles, cuya decapitación tuvo lugar tras recibír abundantes presiones desde España. Prueba de ello es que pasó una pensión a las viudas, que pagó de su bolsillo.