Amberes a primera vista es una ciudad que rompe con la estética belga, así como en Lovaina o Gante encuentras tan solo bajar del tren suelos de piedra que te recuerdan a la Edad Media, en Amberes es todo lo contrario, lo que te encuentras es una ciudad más bien moderna, nada fuera de lo común aunque caminando un poquito más siempre encontrarás pequeñas pinceladas medievales. Si de veras os gusta la estructura medieval, tranquilos, os podéis atiborrar de ello en todas las ciudades de Bélgica en sus respectivos “Grote Markt” y Amberes no es una excepción.
Algo que me gustó mucho fue el muelle que se encuentra al lado del río Schelde, la verdad es que no tiene nada a destacar, quizá tenga la apariencia de cualquier otro muelle pero me gustó mucho, tal vez sea un gusto particular que tengo, esa tranquilidad que hay en ellos, la brisa, el color grisáceo y los largos paseos sobre madera…
Debo reconocer que es una ciudad que tengo a medio descubrir, cuando se es turista no se acaba de conocer la esencia de una ciudad es por ello que creo aún no he acabado de conectar con este lugar pero puedo decir que en él encontraréis cosas muy muy curiosas como las siguientes:
- Café d’Anvers: ¿porque es especial este café? pues resulta que en el pasado fue una iglesia pero hoy en día puedes pasar una noche de fiesta donde reinará la música electrónica.
- Comic Walhalla: una de las tiendas de cómics más grandes que hay en Europa la encuentras en Amberes!!
- Barrio rojo: Amberes cuenta también con un barrio rojo quizá no tan grande como el de Amsterdam pero también interesante. Antiguamente fue más grande pero al realizarse una “limpieza del área” su tamaño se vio reducido. Hoy en día es un barrio seguro.
- Estación de tren: La estación de tren de Amberes es considerada una de las más bonitas del mundo. La estación fue construida en 1905 y tiene el aspecto de una basílica por sus grandes columnas de mármol y elegantes escaleras.