Nos habían hablado y comentado que antes de abandonar Gante no podíamos dejar de ver la abadía de San Bavón a si que ayer cogimos las bicis y allí nos fuimos.
Se encuentra ubicada al lado de Portus Ganda y actualmente solo se encuentra en pie la parte perteneciente al refectorio.
La abadía se fundó en el siglo VII y siglos más tarde el emperador Carlos V la convertiría en ciudadela, cambiando el nombre por “castillo de los españoles“. Posteriormente sería derruida en el siglo XIX.
El refectorio del siglo XII se encuentra completamente restaurado, en su interior se puede admirar la magnífica cubierta de madera. Esta parte de la abadía es utilizada para conciertos y conferencias, gracias a la plataforma/escenario que se ha instalado en su interior. Al rededor de esta plataforma se han dispuesto de manera genial todas las losas de tumbas que antiguamente cubrían por completo el suelo de la iglesia creando un ambiente mas recogido.
Pero lo mejor son sus jardines y rincones que paseando entre ruinas uno descubre durante la visita. La descuidada vegetación y las derruidas piedras configuran un ambiente de romanticismo y nostalgia único! Es increíble pasear entre capiteles, losas, arcos y columnas y poder imaginar lo que la abadía fue en su momento de esplendor.
Sin duda de lo mas recomendable para los amantes de la fotografía y aquellos que decidan perderse un rato del ajetreo de la vida urbana.
Si quieres ver algunas de las fotografías que tomé no dudes en visitar nuestra galería de Flickr.
Mi nombre es Francisco Gómez y a partir de ahora voy a ser yo el que se encargue de plasmar nuestra vida en Gante. En mi primer post me gustaría darle las gracias a Cristina López por el trabajo que ha realizado en estos últimos cinco meses y decirte que me has dejado el listón muy alto. 😉
Soy de Zamora y este año me encuentro aquí estudiando mi tercer curso de Arquitectura de Interiores en la universidad de Sint Lucas Architectuur, por lo que no os resulte extraño si pongo demasiado énfasis sobre esto en algunas de mis entradas.
La verdad que el participar en este proyecto de la oficina de turismo de Flandes me ha hecho tener los ojos mucho más abiertos a cada paso que doy por esta mágica ciudad buscando todo aquello peculiar y sorprendente que guarda en sus calles.