¡Buenas tardes de domingo😚, mis queridos lectores!
Al igual que el otro día nos metimos en la cocina🍳 al ritmo de 🎶Last Christmas de Wham🎶 preparando la bebida navideña belga más famosa de todas, el Glühwein, hoy os propongo acompañar nuestro dulce brebaje🍷 con algo más consistente🥧 y, sobre todo, navideño🎄.
La tradición vuelve a este blog para invadir tus fogones y llenarte de harina de cabeza👩🏼🍳 a pies👣.
¿Listos para la receta de hoy?
Aunque parezca complicada, no te abrumes lector, que nos conocemos y tienes esto de las batidoras y los hornos más que dominado, además de que este plato es aún más especial porque podrás personalizarlo a tu gusto y el de los tuyos, pudiendo ser el relleno de tu
✨BÛCHE DE NOËL✨
chocolate, crema pastelera, dulce de leche e incluso frutos rojos.
Todos sabemos que poder elegir sabor, es todo un primor, y antes de comenzar lector, deberás conocer que este dulzor se lleva a cabo en honor al maestro regalador🎁, Papá Noél🎅🏻.
¡Regalos y placeres, que más se le puede pedir a este mágico anciano!
Los ingredientes del Tronco de Navidad están divididos en fases, ya que tienes que realizar el bizcocho, el relleno y el almíbar, y guarda algo para la decoración pequeño cocinero, que es lo más divertido.
Como ya os adelanté, comenzaremos con el bizcocho🍰, para el cual tendremos que batir las yemas de los huevos🥚 con parte del azúcar, hasta conseguir que blanqueen, y añadir el aceite y la harina.
Una vez integrado esto, añadiremos las claras junto al azúcar restante, estando estas a punto de nieve, y por cierto, pon algo de mantequilla en la bandeja del horno (a 180ºC), así evitarás que se mueva nuestro bizcocho.
¿Quién puede decir que ha visto nevar❄️ en su cocina? ¡Solo con Bûche de Noël!
Hornea durante 10 o 12 minutos⏳ hasta que esté dorado y cuando lo retires, cúbrelo con azúcar glas y déjalo enfriar, para después añadir el ALMÍBAR, que consiste en hervir en un cazo el agua con el azúcar.
Con este plato lector, te convertirás en Picasso, siendo tu lienzo el bizcocho que pintarás🖌 con la dulce mixtura.
Ahora llega el relleno, en nuestro caso, de chocolate y dulce de leche, pero ya sabes que puedes adaptarlo a tu experto paladar.
Es bien sencillo, ya que solo tienes que hervir la nata junto al chocolate🍫 troceado, y una vez mezclado, agregar el dulce de leche. Cuando se haya conseguido la crema homogénea, retira del fuego y refrigera☃️ un mínimo de 1 hora.
¡Y ya tienes tu jugosa y cremosa cobertura y relleno!
Y por último, pero lo mejor de la receta, ¡montarla!
Añade la crema a la plancha de bizcocho untada en almíbar y envuélvelo, recubre con algo más de relleno el tronco para darle esa cobertura tan especial y característica, y ahora…
¡Da rienda suelta a tu creatividad y decóralo con azúcar glas, hojas de fondant o grosellas!
Espero que os embelese muchísimo este postre tan dulce y navideño, y que lo engulláis mientras disfrutáis del CAPÍTULO X, 👤“LA VISITA”👤.
¡No te puedes perder ni el sabor ni el entretenimiento!
Abrazos a esas panzas felices😊,
Rosa Bleda💛
¡Hola a todos! Mi nombre es Rosa Bleda y soy estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, aunque realmente no soy madrileña sino manchega, de un pequeño pueblo llamado Hellín. Entre mis cosas favoritas en el mundo están el arte (pertenezco a un grupo de investigación en la UCM), el cine, la música, el gusto por la comida y sobre todo leer, me encanta que me cuenten historias, sin embargo no niego que algún día quisiera contarlas yo.
Mi sueño es ser comunicadora y trabajar en televisión, pero eso no significa que no aspire a más cosas en la vida, ya que el poder dirigir una película, escribir en un periódico o comisionar una exposición artística me resulta bastante tentador. También la idea de doblar algún personaje en un futuro o interpretar una obra de teatro, como La Casa de Bernarda Alba o La dama del alba, y eso que no me llamo Alba.
El motivo por el que elegí Bélgica como país de destino Erasmus, es que siempre me he sentido muy atraída por dicho país y su cultura, uno de mis pintores y comidas favoritas son procedentes de ese mágico lugar, cómo no Magritte y los gofres, combinación majestuosa donde las haya. Pero ojo, que no me olvido de las famosísimas y más que aclamadas patatas fritas, otro de mis favoritos en mi menú personal, aunque también quiero lanzarme a probar todo tipo de plato típico ya que mi sueño frustrado siempre será el ser crítica gastronómica (Ratatouille tiene gran culpa de ello).
Dicho esto, toca desvelar cuál es la ciudad a la que me dirijo a partir de Septiembre de 2020, y que me acogerá hasta que llegue la Navidad y toque volver a casa como el turrón. Mi destino Erasmus es Gante, esa pequeña ciudad portuaria que en tiempos de juglares era la reina de Europa. Seré sincera, tengo muchísimas expectativas en ella, y no es para menos la verdad.