¿Quién visita Bélgica y no prueba el tan famoso chocolate belga? Yo tengo la suerte de que adoro el chocolate y aquí lo tengo muy fácil. Por eso, merece la pena hablar de uno de los mejores lugares de Lovaina donde probar este preciado manjar dulce.
En general, Lovaina tiene ofrece muchos establecimientos y comercios que trabajan el chocolate, pero os voy a hablar de mi favorito, dónde disfruto de unas meriendas o incluso cenas de lo más dulces.
El lugar se llama Quetzal, chocolate bar. Se encuentra en la céntrica placita Alfons Smetsplein número 3. Su horario de 10 a 22 h permite que vayas casi a cualquier hora. Si el restaurante al que querías ir está cerrado (normalmente cierran de 20-21h) puedes ir directamente a tomarte el postre a este local.
Esta marca tiene locales en Gante, Amberes y Lovaina. El eslogan de la chocolatería Quetzal dice “En la vida hay otras cosas aparte del chocolate, pero no en este preciso instante”. Quetzal es un concepto único de bar de chocolate con una pasión salvaje por el chocolate, su cultura y su historia. Los amantes del chocolate pueden entrar en un mundo de sabores y combinaciones sorprendentes, descubriendo una enorme variedad de chocolates calientes. ¡Una visita obligada para los adictos al chocolate!
Y cómo más vale una imagen que mil palabras, aquí os dejo la merienda del otro día.
¡Si se os acaba de hacer la boca agua, visitarlo!
Tengo 21 años y nací en Barcelona, aunque vivo en Cambrils, un encantador pueblo marítimo en la provincia de Tarragona. Estudio química en la “Universitat Rovira i Virgili” de Tarragona y he venido aquí para acabar mi carrera universitaria en la UC Leuven-Limburg (associada a la KU Leuven).
¿Y porque decidí presentarme a esta beca para ser corresponsal de Erasmus en Flandes?
Porque soy una química con intereses de “blogger”. Así soy yo, un poco de aquí y un poco de allá, con intereses tan diversos que comprenden desde la ciencia hasta la fotografía, desde la cultura hasta la fiesta y desde los gofres hasta la cerveza belga. Me apasiona viajar, aprender, reír, comer, disfrutar y vivir la vida al límite… Es por ello que decidí acabar mi carrera universitaria en la Salamanca de Europa, Lovaina, y así no perder la esencia de mis raíces.