A lo largo de los últimos meses habéis podido acompañarme mientras descubría Flandes, su arte y su cultura como parte de mi experiencia Erasmus. Lo que no os he contado todavía es que me embarqué en ella con dos amigas de Barcelona: Paula y Ana. Cuando salió la convocatoria de inscripción al programa Erasmus en nuestra universidad, a todas nos llamó la atención Amberes. Vimos que cabía la posibilidad de ir todas a la misma ciudad y vivir la aventura juntas.
En el momento de buscar alojamiento, Paula consiguió plaza en una de las residencias que ofrecía la University of Antwerp, que se repartían entre solicitantes de múltiples nacionalidades a un precio muy razonable. Ana y yo, por nuestra parte, hemos compartido un estudio en el centro de la ciudad. Como la experiencia de Paula ha sido algo distinta a la mía, he querido hablar con ella para que viváis el Erasmus a través de sus ojos.
¿Qué te llevó a elegir Amberes?
Al principio pensaba hacerlo en Francia, o en cualquier lugar con habla francesa (como Bélgica), y mi primera opción fue ir a Lovaina. Después, vi que mis amigas y yo podíamos coincidir en Amberes y empecé a investigar. Me encantó lo que vi de la ciudad, el ambiente que se transmitía por los videos y, en especial, la universidad a la que podría ir. Así que abandoné la idea de practicar francés y decidí ir a esta ciudad del norte de Bélgica. No me arrepiento.
¿Qué es lo que más te ha gustado de la ciudad?
Como soy de Barcelona estoy muy acostumbrada a la gran ciudad y llegar a todos los sitios en bici o encontrarte a gente que conoces por la calle se me hace agradable. Es más pequeño y más acogedor, pero sigue siendo una ciudad con muchos bares, tiendas y cosas por hacer. Creo que el balance está perfecto. Hay tanto el casco antiguo (centro histórico) como la parte más moderna, por lo tanto encuentras (casi) de todo.
¿Qué es lo que menos te ha gustado de la ciudad?
Definitivamente el tiempo, no tiene nada que ver con la ciudad en sí, pero tantos días sin sol y con el cielo completamente gris se me hacía horrible. La lluvia es continua y a veces ni siquiera llueve bien, es un chispeo constante que cuando vas con bici puedo asegurar que es desesperante. Sin embargo, te acostumbras y cuando sale el sol lo agradeces mucho. Todo el mundo está en la calle. Aunque he de decir que estos meses nos han dicho que ha hecho más sol y menos frío de lo que suele hacer, así que imaginaros…
¿Si pudieras ir atrás en el tiempo y cambiar de destino, lo harías?
No, si me preguntas ahora. He vivido muchas cosas y he conocido a gente maravillosa, no lo cambiaría. Creo que le pasa un poco a todo el mundo, a lo mejor hay sitios con mejor tiempo o comida, pero no importa. No se basa en eso la experiencia de Erasmus, la ciudad tiene mucho que ofrecer.
Antes de venir, ¿cómo imaginabas el Erasmus?
Siempre me lo he planteado como una experiencia de crecimiento personal, vivir sola en otro país, comunicarte en otro idioma, que ni siquiera es el oficial del país, y lidiar con todo lo que conlleva. Al igual que estudiar en un sistema educativo diferente o conocer gente internacional. Me lo imaginaba como una situación única de mi juventud y que necesitaba exprimir hasta el último minuto aquí.
¿La experiencia ha cumplido tus expectativas?
Totalmente, todos los días pasa algo, por muy banal o simple que sea siento que he disfrutado muchísimo todos los días en Amberes. Incluso algún día malo te hace plantearte cosas sobre ti y cómo te gestionas. Es muy enriquecedor. Y luego salir con tus amigos un día cualquiera, la cantidad de gente que conoces… sales de tu zona de confort y sienta muy bien. En general, te das cuenta de que eres más independiente y capaz de lo que crees. Además, estando en Bélgica de las mejores cosas que hay es que estás prácticamente en el centro de Europa, es súper fácil y económico viajar desde aquí, nunca había viajado tanto y ha sido increíble. He sido muy feliz.
¿Cómo ha sido vivir en una residencia?
De lo mejor, lo recomiendo 100%. Ninguna duda. Muchísimas de mis amistades han sido con gente de la residencia o que he conocido a través de ellos, al fin y al cabo es un núcleo dónde viven estudiantes internacionales más o menos de tu edad. Según mi perspectiva, es el sitio perfecto para vivir la experiencia a tope. Sin embargo, si no eres una persona muy sociable o te agobia encontrarte con gente todo el tiempo tampoco te lo recomiendo. Creo que hay que ir con la mente abierta y ser consciente que vas a conocer gente y establecer conversaciones. (Cabe añadir que la combinación de vivir en una residencia para conocer gente y tener amigos en un piso para reuniros allí es la combinación perfecta).
¿Qué te ha parecido la universidad aquí?
Nada que ver con Barcelona. Una de las razones por las que vine a Amberes fue por la universidad. Me ha encantado, y, en especial, la vida universitaria que hay aquí. El campus es enorme, rodeado de cafeterías y bares para estudiantes donde quedarse estudiando o tomarse algo, hay muchísimos equipos y deportes a los que apuntarte y no puedo dejarme sin mencionar a Cabin. La mejor iniciativa estudiantil, lo voy a echar muchísimo de menos.
¿Cuál es tu recuerdo favorito del Erasmus?
Siento que soy incapaz de mencionar solo uno. De verdad que no puedo, pero recuerdo estar todo nuestro grupo de amigos en tu studio antes de celebrar tu cumpleaños y sentirme genuinamente feliz de lo que habíamos vivido. Del grupo que habíamos formado y lo bien que estábamos todos. Otro recuerdo que guardo con cariño fue una cena de Navidad que hicimos en la residencia donde hice por primera vez tortilla de patatas (estaba super orgullosa) y cenamos todos como una familia. Después hicimos un Secret Santa y nos sentamos en círculo cantando canciones con la guitarra de una amiga. Me sentí como en un campamento de verano, fue muy acogedor, muy bonito, me despierta mucha ternura recordarlo.
¿Volverías a Bélgica?
Totalmente, ya no solo por Amberes o por lo fácil que es viajar desde aquí. Ciudades como Gante, Brujas, Lovaina o Bruselas son preciosas, cada una destaca en lo suyo pero vale la pena visitarlas y descubrir toda la vida y ambiente que tienen. Además, si te vas al sur hablan francés, así que al final sí que pude practicar un poco. 🙂