Las obras en Amberes se rigen por la Ley de Conservación de la Materia: las obras ni se crean ni se destruyen, simplemente se trasladan. Este “carácter de constante renovación” aparece también en uno de los edificios más emblemáticos de Amberes y, en este caso, llevado con un humor especial.
La Catedral de Nuestra Señora de Amberes destaca como monumento histórico por sus dimensiones y su belleza, constituyéndose como uno de los símbolos más representativos de la ciudad flamenca. Esta joya de la arquitectura gótica religiosa presenta una torre considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y conserva numerosas y valiosísimas obras de arte en su interior. Debido al mal estado de conservación en el que se encontraba la catedral, el edificio ha permanecido en obras constantes desde el año 1965 para tratar restaurar el estado inicial de la estructura. Gracias a estas obras, se han descubierto detalles que habían pasado inadvertidos o que habían permanecido ocultos. Es el caso de los nuevos frescos y el descubrimiento sobre la existencia de una iglesia anterior en la superficie que hoy ocupa la catedral.
En los alrededores de la catedral, encontramos la escultura de los canteros constructores, a tamaño real y esculpida en bronce, que representa a los trabajadores que se dedicaron a construir el edificio en el siglo XIV. Su carácter permanente acompaña al estado de restauración de la catedral, y son muchos los que bromean con esta coincidencia.
Soy Marina y desde hoy hasta junio soy la corresponsal de este blog en la ciudad de Amberes. Estudio Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación en inglés y alemán en la UAM . Tal vez no lo sepáis, pero tanto el inglés como el alemán tienen una hermana no tan agraciada actualmente: el neerlandés. Por lo tanto, si sabes inglés y, especialmente, alemán ya tienes mucho camino recorrido en el aprendizaje de esta lengua (con nada más y nada menos que 38 millones de hablantes). Con lo cual, aprender neerlandés resulta una oportunidad difícil de desperdiciar (la típica oferta 3×2).
Por otro lado, resulta casi imposible evitar admirar la belleza de Flandes y sus ciudades portuarias, que nos dejan estampas dignas de ilustrar postales de Navidad. Paseas por Amberes y degustas de manera gratuita infinidad de sabores y matices del arte: el arte religioso y mitológico, el arte gastronómico, el arte moderno, el arte de la aristocracia, el arte de la moda e incluso el arte industrial.