Cuando decimos que en Amberes se hacen las cosas de forma diferente nos referimos a este tipo de situaciones. ¿Ir de compras a un Palacio que en cualquier otro sitio sería un museo? ¡Hecho!
Stadsfeestzaal es actualmente un centro comercial situado en plena calle Meir, pero no siempre tuvo esta función. Entre su majestuosa puerta de entrada y su dorado interior se esconden años y años de historia.
A principios del siglo XX fue una gran sala de fiestas y eventos para la ciudad. Llama la atención su impresionante bóveda de cristal, la gran escalera de mármol y los techos y paredes dorados.
Se podría pensar que en un sitio como éste solo vas a encontrar marcas de lujo en las que no vas poder permitirte comprar, pero nada más lejos de la realidad. Hay una gran variedad de establecimientos, entre ellos un Tiger (que por lo visto fuera de España se llama Flying Tiger) en el hall principal, y una tienda que ha sido un gran descubrimiento para mí: se llama Action, y tiene un montón de productos para la casa y el día a día, así como de papelería, por precios bastante bajos. Hay también una bonita cafetería y restaurantes en la planta superior.
Si queréis saber más detalles sobre la historia de este edificio y qué sucedió para que se reconvirtiera en lo que es hoy en día, podéis encontrarlos en este otro post.
¿Y cómo se entera uno de estas cosas? Durante la Ice Breaking Week los estudiantes Erasmus realizamos un juego por grupos por la ciudad, el “City Rally” preparado por la ESN. Se trata del clásico juego de pistas que te va llevando a distintos puntos si superas una serie de pruebas, y en este caso éstas tenían que ver con responder preguntas para conocer mejor el que iba a ser nuestro nuevo hogar.
Entre nombrar diferentes tipos de cervezas belgas y aprender piropos en flamenco, una de las preguntas decía así: “Antes de que el Stadsfeestzaal fuera un centro comercial, ¿cuál era su función?”
Ni siquiera habíamos estado todavía en aquel lugar, pero empezamos a preguntar a la gente que paseaba por la calle en esa mañana de domingo para ver si nos podían ayudar. Fue curioso comprobar cómo alguno tenía una ligera idea, pero la mayoría no estaban seguros. Eso sí, siempre muy dispuestos a ayudarnos todo lo que pudieran, ¡la gente aquí es súper simpática!
Fue una sorpresa finalmente descubrir el interior de este majestuoso centro comercial, que os aseguro merece una visita si pasáis por Amberes.