Pasear por Amberes es como jugar a la búsqueda del tesoro. Hay sorpresas en cada esquina, detalles por todas partes. ¡Hay que estar muy atento para descubrir todos los secretos de esta ciudad!
Hace unos días pasaba por la zona del puerto cuando unas curiosas esculturas en lo alto de un edificio llamaron mi atención.
¿Son ladrones intentando entrar en el edificio? ¿El que está en lo alto está haciendo una foto? Eso fue lo primero que pensé al verlos. Pero entonces descubrí que había una quinta figura en la calle, frente al edificio, y me acerqué a ella para ver si así resolvía el misterio.
Y no fue difícil; al verme curioseando, un hombre muy amable me explicó en qué consistía. Se trata de una instalación artística que ofrece además una experiencia personal al visitante. The Antwerp Whisperer, la escultura que está sobre el tejado, susurra mensajes que recibe la escultura situada junto al muelle (y puedes escuchar tú también).
Las esculturas son obra de Daisy Boman, una artista belga cuyos pequeños “Bo-men” se han hecho famosos en todo el mundo. ¡Y en Amberes los tenemos a tamaño gigante!
Si estás por la zona, ¡no puedes irte sin escuchar el mensaje que la ciudad tiene preparado para ti! Solo tienes que acercarte a la estatua, a cualquier hora del día, y pulsar el botón “EN” para recibirlo. Los susurros van cambiando con el tiempo, así que creo que mi curiosidad y yo vamos a pasear mucho por el puerto estos meses.
Si quieres, tú también puedes regalar un mensaje especial a alguien que esté en Amberes a través de la App “De Fluisteraar”. Cuesta 1’99€, y aquí explican cómo hacerlo.
¿Dónde está “The Whisperer”? Godefriduskaai 12, en frente del MAS.
¿De dónde vino? Según su página web, nadie lo sabe. Pero el por qué está aquí se hizo evidente muy rápidamente: para escuchar y susurrar.
“Simplemente traduce todo lo que sucede en la ciudad en susurros y transmite su belleza de vuelta al mundo para que todo transeúnte pueda tomarse un momento para detenerse, contemplar, y sonreír.”