A finales del s. XIX, con el auge de la burguesía, la influencia de los terrenos de ultramar y la aparición de nuevos materiales de construcción, la arquitectura y las artes decorativas en Bélgica abandonan los modelos históricos, dando paso a formas más libres y creativas.
Este nuevo estilo, el Art Nouveau, destaca en Flandes, sobretodo en la arquitectura, siendo sus máximos representantes, el pionero Victor Horta, Paul Hankar, Paul Cauchie y Henry van de Velde.
En Bruselas, además de los Invernaderos Reales, hay numerosos ejemplos de Art Nouveau muy conocidos e importantes. El Museo del Cómic, la Estación Central y el Museo de Instrumentos Musicales destacan cuando vas paseando por el centro de la ciudad.
Sin embargo, los mejores edificios de este estilo se encuentran en la periferia, pero sin duda, merece la pena acercarse. Son de visita obligada ya que se trata de las cuatro obras de Victor Horta declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO: el Hotel Solvay, el Hotel Tassel, el Hotel van Eetvelde y la Casa Taller de Horta.
En Amberes, la ciudad burguesa por excelencia, hay más de un centenar de edificios de este estilo, sobretodo en los barrios Zuremborg y ’t Zuid. Adentrarse en ellos es como entrar a una ciudad totalmente diferente, la diversidad estilística, el colorido de las fachadas, la asimetría, los juegos de llenos y vacíos, la variedad decorativa y la fisionomía ajardinada, hacen que sean unos distritos peculiares y únicos.
A pesar de que Bruselas y Amberes concentren la mayor parte de edificios Art Nouveau, también podemos encontrar buenos ejemplos en otras ciudades. En Malinas, el Jardín de Invierno del convento de las Ursulinas es una joya escondida de este estilo arquitectónico. Aunque no se sabe quién lo diseñó, su belleza es indiscutible y en cierta manera recuerda a los Invernaderos Reales de Laeken pero a menor escala.
En Gante, Brujas y Lovaina también se conservan algunas fachadas modernistas, sobretodo por las zonas de ensanche de los años 80, ya que es ahí dónde se establecía la burguesía.
Soy una de las 7.500 millones de personas que vive en el mundo. Una a la que le encantaría descubrir todo lo que hay en él, ya que me apasiona viajar y conocer todo aquello que me rodea. Además, viajar me permite disfrutar otras de mis pasiones, la gastronomía y la arquitectura.
Mi aventura en esta ciudad no empieza aquí, comenzó el 17 de septiembre, y, desde entonces ha sido un no parar de descubrir, de ver, de viajar, de aprender, de fotografiar, de sentir, de vivir…
Después de casi 5 meses viviendo en Amberes, espero que mi experiencia pueda serviros de ayuda tanto a los que vais a venir, como a los que ya lleváis aquí un tiempo como yo, dado que, a pesar de haber conocido gran parte de esta maravillosa ciudad, siempre hay cosas nuevas que descubrir, pero también, otras ya conocidas que redescubrir.