Hoy tengo el placer de hablaros de un lugar que esconde un maravilloso valor artístico: la Iglesia de Santa Gertrudis. Al lado de canales y del pequeño beguinaje de Lovaina se alza la espira de piedra de una llamativa torre, que parece tratar de guiarnos el camino para descubrir el interior de la iglesia que custodia. Construida entre los siglos XIV y XVI, esta iglesia tiene su origen en su pertenencia a la abadía agustina del mismo nombre. La abadía fue cerrada en 1796 y no fue hasta 1917 cuando monjas benedictinas adquirieron de nuevo la abadía, que utilizaron como centro de estudios y residencia de estudiantes.
Como algunos lectores intuirán, durante el breve relato de la historia de este lugar, nos estamos acercando a las fechas en las que aconteció la Segunda Guerra Mundial. Y sí, desgraciadamente, esta iglesia quedó también prácticamente destruida en su totalidad. Pero, aunque destruida, la torre siguió en pie, metáfora de la resistencia del arte ante la devastación bélica.
Y si algo destaca de esta iglesia es el secreto que esconde en su interior: la sillería del coro. La belleza de esta sillería destaca entre las piezas artísticas de la ciudad. Talladas con precisión en la madera, diferentes paisajes bíblicos quedan perfectamente representados. Moviéndonos de una silla a la siguiente parece que sigamos el argumento de una historia, como el que lee un tebeo.
Pero, cualquier persona un poco observadora que acuda al lugar se dará cuenta del siguiente detalle: unas sillas tienen la madera de un color más oscuro que las otras. ¿A qué se debe? No es ningún fenómeno paranormal, ya os lo digo yo, aunque a más de uno (o a uno en concreto) le encantaría que así fuera para tener algo de qué hablar en la televisión. Y es que esta impresionante sillería quedó muy dañada debido a un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial. Y es ahora cuando viene la paradójica curiosidad. Fue un error en el bombardeo de los aliados el que causó la destrucción de la iglesia, pero fueron fotografías tomadas por los alemanes las que permitieron restaurar la sillería, fruto de un largo y preciso trabajo de un importante número de escultores. He ahí la solución a la diferencia de colores: las sillas más oscuras son las más antiguas, las que menos dañadas quedaron tras el bombardeo.
Finalmente, la abadía fue adquirida por la ciudad de Lovaina, y es sin duda un lugar que recomiendo visitar. A continuación, dejo el siguiente vídeo en el que se puede apreciar la belleza de la sillería:
Soy Víctor Labián Carro y a partir de mediados de septiembre estaré 10 meses viviendo en Lovaina y estudiando en KU Leuven. Estoy seguro de que será una experiencia única en la vida, de esas en las que te gustaría recoger tus vivencias en un librito de viajes, en el que el que colocas con mimo esas fotos de lugares, comidas, amigos… Pero ¿por qué no aportar a ese libro un valor adicional y que no sea únicamente una fuente de nostalgia que intensifique nuestros recuerdos? ¿Y si es de utilidad compartir esas experiencias con futuros estudiantes Erasmus de Lovaina? Pues sí, lo es y mucho, porque he de reconocer que todos los consejos, opiniones y vivencias de estudiantes en Lovaina me han ayudado en gran medida a planificar este viaje, o, al menos, esas cosas que puedes tratar de planificar en una aventura tan mágica por desconocida e impredecible. Ya no utilizamos plumas ni pegamos fotos con pegamento, pero sí que subimos a internet fotos y videos y escribimos en blogs. Es ahí donde aparece la iniciativa de ser Corresponsal Erasmus en Flandes, donde encuentro la forma de compartir ese libro aún por escribir o, mejor dicho, de aportar algo de valor a ese libro que entre todos estamos escribiendo.