La Abadía de la Cambre, uno de esos sitios que descubres sin esperarte dando un paseo por Bruselas, pero que te encandila y te recuerda lo asombrosa que puede ser esta ciudad. Hoy os cuento un poquito más sobre este monumento, un poco eclipsado por el gigantesco parque de Bois de la Cambre, que se encuentra justo al lado, pero que merece muchísimo la pena. ¡Vamos a ello!
Esta abadía se funda en el año 1201, y, a partir de ella, se fue desarrollando poco a poco el pueblo de Ixelles, que acabaría por ser absorbido por la ciudad de Bruselas cuando esta última comenzó a expandirse. La fundación de la abadía fue apoyada por una religiosa bruselense llamada Gisèle, que adoptaría la orden del Císter, y, gracias a las donaciones de los duques de Brabante, la construcción del monumento se pudo realizar de manera muy rápida.
Uno de los datos más curiosos del complejo es que San Bonifacio de Lausana, santo nacido en Bruselas en el siglo XII, pasaría en la abadía sus últimos años de vida, muriendo y siendo sepultado allí. Sería en el siglo XIV cuando se construiría la iglesia que ha llegado hasta nuestros días, de estilo gótico, desde la que podemos acceder a los pasillos interiores que rodean al claustro. Destaca la capilla de San Bonifacio, donde, todavía hoy, descansan sus restos mortales, así como las cristaleras de colores.
El complejo se completa con unos jardines de cinco hectáreas de extensión construidos en el siglo XVIII. A finales de este mismo siglo, durante la Revolución Francesa, la mayoría de los edificios de la abadía quedaron abandonados, hasta que, en 1927 serían reutilizados para albergar una escuela de artes que sigue funcionando hoy en día.
Yo tuve la suerte de visitar la abadía en un día soleado, por lo que estaba llena de bruselenses que aprovechaban sus jardines para disfrutar de la naturaleza y del buen tiempo leyendo libros, charlando con amigos, o simplemente paseando, llenando la zona de vida, pero siempre manteniendo esa aura de tranquilidad característica de este tipo de lugares.
Así que, si buscas un sitio en el que combinar historia, arte y naturaleza para disfrutar del buen tiempo que empieza a hacer ahora que se acerca la primavera, ¡este es tu lugar!
¡Nos vamos viendo!
Jose
¡Qué ilusión me hace estar escribiendo por fin estas palabras! A partir de este mes de febrero empiezo como corresponsal de Erasmus en Flandes y tengo muchas ganas de enseñaros mi trabajo. Recoger el testigo de Yolanda en cuanto al tema de Patrimonio es todo un honor.
Antes de nada, me presento. Me llamo José Manuel Ortega y tengo 20 años. Nací en Granada, pero he vivido toda mi vida en La Línea de la Concepción, un pueblo de Cádiz. Estudio Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada y, actualmente, estoy realizando un intercambio Erasmus en Bruselas de curso completo.