En nuestra escapada a la capital belga no nos podíamos olvidar de visitar el Atomium, la estructura metálica que preside y caracteriza Bruselas, desde que se construyó para la Exposición Universal de 1958.
120 metros de altura, 2500 toneladas de acero y 26 metros de diámetro en la base. Aunque en su origen tenía que ser una construcción temporal (sí, solo iba a durar 6 meses), al final, y debido a su popularidad acabó siendo un símbolo de la capital Europea.
En nuestro paseo por cada una de las bolas… Perdón, hablemos con propiedad, por cada uno de los átomos que componen esta molécula de cristal de hierro, descubrimos una panorámica de la ciudad de Bruselas de 360 grados; una exposición permanente sobre cómo se construyó esta curiosa estructura; y un par de exposiciones temporales (para conocer un poco más sobre alguna de ellas leer el post de nuestra corresponsal en Amberes). Yo me quedo con la panorámica a 95 metros de altura, aunque las condiciones meteorológicas no nos quisieran acompañar…