¡Hola a todos!
A nadie le amarga un dulce…y si además es de Aux merveilleux de Fred muchísimo menos.
En este post os vengo a confesar cúal es mi auténtica perdición aquí en Flandes , y os contaré un poco la historia de este maravilloso lugar.
Aux merveilleux de Fred; su historia
Esta pastelería nació en Lille en el año 1997, y debe su nombre a uno de sus pasteles más vendidos y aclamados, el Merveilleux.
Los Merveilleux son un postre obligatorio si venís a esta pastelería, y estan hechos con un merengue extremadamente ligero y mezclado con auténtico chocolate belga, si bien ahora existen muchos otros sabores para todos los paladares, como caramelo, praliné, cereza, café y chocolate blanco.
Lo mejor de esta pastelería es que todos sus postres se elaboran artesanalmente en sus establecimientos, tras un cristal, a la vista de clientes y curiosos que se paran a observar y alabar la destreza de sus maestros pasteleros.
Las “Merveilleuses” y los “Incroyables”
Los pasteles que le dan nombre a este lugar tienen también su historia y un porqué de esa denominación.
Para Frédéric Vaucamps, el maestro pastelero que «rescató» esta receta en los años 80, estos bocados de merengue le recuerdan a un periodo histórico y a unos personajes en concreto; La Revolución Francesa y un subgrupo de la sociedad aristocrática con gustos un tanto excéntricos, Los Incroyables y las Merveilleuses.
Estos solían acudir a las tertulias y a los salones de té, de ahí que la decoración de Aux merveilleux de Fred con sus lámparas y espejos barrocos nos recuerde un poco a esa etapa de la historia.
El kramiek de chocolate
Esta es otra de las especialidades, y sin duda ¡mi favorita!
El kramiek o cramique se trata de un pan brioche típico de Bélgica y del norte de Francia. Puedes pedir un kramier de azúcar perlado, de pasas o de pepitas de chocolate…sin duda, este último es mi debilidad y ya he perdido la cuenta de cuantos kramiekes me he tomado durante mi Erasmus en Gante.
Cuestan 2,40 euros si los tomas en el local, y 1,95 euros si prefieres cogerlo para llevar. Es muy buen plan en los días de sol ir al canal de Gante a merendar un kramiek con tus amigos, o sentarte en la Grand Place, ya que Aux merveilleux de Fred de Bruselas está también muy céntrico.
Aux merveilleux de Fred en Gante
Esta pastelería francesa está en otros lugares de Flandes (como Brujas, Amberes, Knokke) y en Bruselas, pero sin duda, el mejor ( sin desmerecer a los demás) es el de Gante, porque puedes sentarte tranquilamente a desayunar o a merendar en un lugar tranquilo, con una decoración de estilo barroco de ensueño, y a tan solo 2 min de la catedral de San Bavón.
El desayuno es mi comida favorita del día, y madrugar un poco un día sin clase y tomarse un kramiek con un chocolate Caliente ( los cafés y el chocolate están a la altura de sus pasteles) es para mi, uno de esos pequeños placeres de la vida.
Os recomiendo encarecidamente que probéis estos dulces y que disfrutéis de esta experiencia.
Sé que el chocolate belga es uno de los mejores, pero Flandes tiene la suerte de tener varias de estás pastelerías, presentes en otros lugares del mundo muy exclusivos, como París o Nueva York, así que creo que merece la pena darle también una oportunidad.
¡Esto es todo por hoy! Espero no haberos dado mucha hambre con este post, y os recuerdo que no es publi ...aunque ojalá lo fuera 😉
Un saludo
Laura Merino
¡Hola a todos! Soy Laura Merino, Estudiante de Erasmus en Gante y embajadora de ARTE.
Soy una persona aventurera y curiosa, y una enamorada de la ciudad de Gante que tiene mil ganas de saber más y de explorar las maravillas que esconde la Región de Flandes.
Durante los próximos meses os llevaré conmigo a todas partes, y hablaremos de ARTE pero también os contaré mi experiencia y os daré consejos y otra información práctica para que exprimais al máximo este lugar tan maravilloso.
No dudéis en preguntarme todas las dudas que os surjan, estaré encantada de ayudaros!
3 comentarios
Ayer probé el Kramiek y me encantó!
Muchas gracias por la recomendación.
Un saludo
No he debido seguir el consejo de leerte, me he quedado con una ganas locas por un Kramiek.
¡Pues ya sabes! La excusa perfecta para un viajecito a Gante 😉